Luego de meses de pugilatos, incertidumbre, reclamos, cruces de mensajes intensos y la imposición de un técnico no deseado, la selección femenina de fútbol de España se hizo este domingo con el campeonato mundial, superando 1-0 a Inglaterra, en un encuentro disputado en Sidney, Australia, ante más de 75 mil espectadores.
Un gol de Olga Carmona a pase de Mariona Caldentey a los 29 minutos de partido selló la victoria ibérica, primera de España en un campeonato mundo femenino.
La España que hoy celebra el segundo campeonato del mundo de fútbol, tal como lo hizo en el Mundial de 2010 en Sudáfrica, con gol de Andrés Iniesta, no es la misma que inicio el torneo hace ya un mes.
Con unas 15 jugadoras declaradas en rebeldía, entre ellas, Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, dos de las principales líderes del equipo, quienes entre otras cosas, exigían la salida del técnico Jorge Vilda, señalado como «un controlador» tanto en el banquillo, los entrenamientos y el tiempo libre de las seleccionadas.
La Real Federación Española de Fútbol hizo caso omiso a las peticiones de las rebeldes, manteniendo a Vilda y su proyecto sobre cualquier cosa. El técnico asumió el mando del onceno femenino en 2015, logrando consolidar un equipo repleto de jugadoras talentosas provenientes de los clubes españoles Real Madrid y Barcelona, principalmente.
En el camino previo al Mundial, esas quince jugadoras rebeldes no fueron convocadas por Vilda tras anunciar su rechazo al técnico. Sin embargo, el estratega buscó la manera de sumar a las que no lo querían. Así, logró que Mariona Caldentey, Aitana Bonmatí y Ona Batlle regresaran al equipo.
De a poco, Vilda logró sumar a las desertoras, incluyendo a Alexia Putellas. Llamó a Salma Paralluelo, de 19 años, que había sido campeona del mundo con España en las categorías Sub-17 y Sub-19.
Una vez en el Mundial, y después de lo que parecía un paso cómodo, el 31 de julio España fue goleada 4-0 por Japón, en un partido hasta cierto punto jugado de manera muy displicente por las peninsulares.
Vilda hizo cambios. Cata Cool tomó la portería, sentó a Putellas y puso como titulares a Oihane Hernández, Alba Redondo, Eva Navarro y Esther González. España cambió de inmediato en la cancha. Vencieron 5-1 a Suiza en los octavos de final, 2-1 a Países Bajos en cuartos de final y 2-1 a Suecia en semifinales.
España es un justa campeona. Porque puso por delante al país por sobre las situaciones con los federados. Porque hubo un técnico que pudo encontrar una fórmula para armonizar en momentos de quiebre casi total. Porque a fin de cuentas, lo único que queda como un buen recuerdo es haber ganado el campeonato mundial.