Una de las promesas cumplidas del presidente, Laurentino Cortizo, y componente del eje estrella de su plan de gobierno, la educación; fue la creación del Ministerio de Cultura. La transformación del Instituto Nacional de Cultura (INAC) en Ministerio de Cultura se alcanzó en los primeros 45 días de gobierno.
El reconocimiento de las políticas culturales en el logro de los objetivos del Estado y la sociedad panameña, entendidas “como el ejercicio a plenitud del derecho a la expresión y el disfrute de los bienes, servicios y productos culturales, porque los derechos culturales también son derechos humanos”, fueron las bases consolidar este proyecto.
Carlos Aguilar, ministro de la cartera, expresó satisfacción con este logro que resumió como la incorporación de un nuevo «puesto en el gabinete, donde se discuten los presupuestos y las políticas públicas del Estado y ahora el sector cultural es parte de ese proceso”.
Al recién estrenado ministerio se le dotó de estructura legal y recursos financieros para diseñar y ejecutar un plan nacional de cultura. Cortizo designó a Aguilar, como director del INAC, quien pronto pasó a dirigir la nueva cartera.
Mi Cultura – como se le designó – reúne una importante cantidad de estructuras. Administra 23 centros dedicados a la enseñanza de diversas expresiones artísticas, organiza concursos y becas literarias. Tiene 13 centros regionales, administra el Teatro Anita Villalaz, el Teatro Nacional y el Teatro Balboa, coordina la Orquesta Sinfónica y el Ballet Nacional, además mantiene 18 museos entre estos el Museo de Arte Religioso, el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz y el Museo Afroantillano.
Otra de las tareas que asumió es la prevención del tráfico ilegal de piezas arqueológicas, la conservación de los cinco conjuntos monumentales y los 90 bienes inmuebles declarados monumentos históricos nacionales, que además han sido declarados Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.
El ministerio tiene una mayor asignación presupuestaria. En su informe de abril de este año, la institución consigna que se le autorizó un presupuesto de 66,048,600 millones balboas para este año. Cerca de 18 millones, más de los 48 millones que tuvo en 2019.
El aporte de MiCultura para atender la emergencia nacional por la pandemia Covid-19 fue de 2 millones 449 mil balboas, cantidad que se redujo del presupuesto total aprobado. Finalmente, el presupuesto modificado en la nueva cartera, totalizó 63 millones 739 mil 902 balboas, según el informe financiero de la institución.
La cultura se recicla
La institución, ha mostrado dinamismo y creatividad para reorganizarse a lo largo de este primer año. Uno de estos ejemplos, es la creación de la red de centros de arte y cultura. En la región metropolitana, se adaptó un depósito de chatarra y en un tiempo récord se inauguró su primera fase.
Junto a la UNESCO y la Unión Europea, lanzó CREA EN PANAMÁ, una iniciativa en desarrollo para estimular la economía creativa sostenible. Además de la campaña Súmate Ya, lanzada en enero 2020 y que a junio tiene 8 mil inscritos entre artistas y emprendedores creativos y culturales, que servirá para el primer mapeo de diagnóstico de las industrias creativas y culturales.
También asumió la tarea de rescatar edificaciones como el colegio Abel Bravo, que se convertirá en el Centro de Bellas Artes de Colón, la construcción del centro del folklore, un proyecto que está temporalmente suspendido por el estado de emergencia decretado por el Covid-19, el fortalecimiento de la red de museos, la reubicación, reestructuración y ampliación, con modernas tecnologías del Museo de Historia, la reapertura del centro nacional de restauración de monumentos y obras artísticas, y la modernización de la Editorial Mariano Arosemena – la antigua editora de la nación – entre otras tantas tareas que, colocan a las expresiones artísticas y culturales en una nueva dimensión como política pública que además reconoce a la cultura como un sector económico.
Las expresiones artísticas un remedio para aliviar el confinamiento
Con la pandemia que confinó a la población durante dos meses, y la mantiene con restricciones de movilidad, el ministerio llevó a los hogares producciones de distintas expresiones artísticas como películas panameñas, canto, pintura, fotografía, teatro, música, danza, payasos y el Corpus Christi virtual con 8 transmisiones virtuales, conferencias, eucaristías y danzas folklóricas, resultando en un alivio para el difícil confinamiento de la población.
Para ello, creó alianza con plataformas en línea de otras televisoras y emisoras de radio como MedcomGo, NeXtv, TVNPass, 507Go, Canal 33, las 40 Principales; así la Autoridad del Canal con Canal Tv y el canal de la Asamblea de Diputados.
El programa Mi Cultura en Casa ha tenido un alcance en redes sociales superior a 1.4 millones de usuarios.
Las ferias artesanales, también se organizan de forma novedosa, utilizando redes sociales como Instagram, y que han alcanzado popularidad por la venta de mascarillas de tela reutilizables que se destacan por su colorido e ingeniosidad.
Aguilar, expresó que como parte del alivio económico del primer grupo de beneficiados por la suspensión de las actividades comerciales, el gobierno incluyó a los artistas, artesanos y otros actores de la cultura, y “fue la primera vez que un presidente panameño reconoce en la cultura y las industrias creativas a un sector económico importante para el desarrollo”, y esto además les permite ser objeto de créditos y apoyos por Ampyme y el Banco Nacional, con los fondos que se destinarán a impulsar a las Mipymes.
Sin duda, en este primer año, el ministerio más joven del país encaminó sus objetivos y metas para reformular la base cultural del país, y tiene su silla en el gabinete para hacerse sentir.