Un adiós al creador del manga más icónico de todos los tiempos
El mundo del manga y el animé llora la pérdida de uno de sus máximos exponentes. Akira Toriyama, el visionario artista japonés que cautivó a millones con su obra maestra Dragon Ball, falleció a los 68 años víctima de un hematoma subdural agudo. Su partida deja un vacío incalculable en la industria del entretenimiento, pero también un legado imperecedero que trasciende fronteras y generaciones.
Los inicios de un sueño
Nacido en 1955 en la pequeña localidad de Kiyosu, Toriyama descubrió su pasión por el dibujo desde muy temprana edad. En sus propias palabras: «Siempre me ha gustado dibujar. Cuando era pequeño, no teníamos tantas formas de entretenimiento, así que todos dibujábamos». Fue en aquellos años de infancia cuando comenzó a forjar su estilo único, influenciado por películas animadas de Disney, westerns, ciencia ficción y artes marciales.
Tras varios intentos fallidos de publicar su trabajo, Toriyama finalmente logró su primer éxito con Dr. Slump en 1980, un manga de ciencia ficción que exploró elementos clave que más tarde serían la base de su obra cumbre. Sin embargo, fue en 1984 cuando el mundo conoció a Dragon Ball, una serie que cambiaría el curso de la industria del manga para siempre.
El fenómeno Dragon Ball
Dragon Ball sigue las aventuras de Son Goku, un niño con cola de mono que emprende un viaje en busca de las míticas esferas del dragón. Lo que comenzó como una premisa sencilla se convirtió rápidamente en un fenómeno global, cautivando a millones de fanáticos con su mezcla magistral de acción, comedia y personajes icónicos.
El éxito fue arrollador: la serie original vendió más de 260 millones de copias en todo el mundo, generando adaptaciones animadas, películas y videojuegos. Cuando Toriyama dejó de escribir Dragon Ball Z en 1996, había creado casi 9.000 páginas de aventuras épicas que se transmitieron en al menos 81 países.

Pero el impacto de Dragon Ball va mucho más allá de las cifras de ventas. Se convirtió en un punto de referencia para artistas, escritores y fanáticos de todo el mundo, abriendo las puertas al manga y el anime para millones de personas. Incluso en su apogeo, Dragon Ball Z encabezó la lista de los términos más buscados en Internet, superando a íconos del pop como Britney Spears.
Un legado imperecedero
A pesar de su fama mundial, Toriyama mantuvo una vida privada y reservada, concediendo pocas entrevistas y admitiendo que incluso le costaba leer sus propias obras. Sin embargo, su influencia en la cultura popular es innegable y su legado perdurará por generaciones.
Tras su fallecimiento, su estudio declaró: «Hubiera tenido muchas más cosas que lograr. Sin embargo, ha dejado muchos temas manga y obras de arte a este mundo. Esperamos que todos sigan atraídos por el singular mundo creativo de Akira Toriyama durante mucho tiempo».
Y así será. Dragon Ball ha trascendido su condición de serie de manga para convertirse en un fenómeno cultural que ha inspirado a millones. Akira Toriyama puede haber partido, pero su genio creativo vivirá eternamente a través de sus personajes y su arte. Un legado tan inmortal como las esferas del dragón que cautivaron al mundo entero.