La industria de semiconductores cobra cada vez más relevancia en la economía global. Los chips se han vuelto componentes esenciales en una amplia gama de productos, desde teléfonos inteligentes y computadoras, hasta vehículos y equipamiento médico de alta tecnología.
En este contexto, Europa busca posicionarse como un actor clave en la fabricación de estos valiosos componentes. El pasado 8 de septiembre, representantes de 27 regiones pertenecientes a 12 países miembros de la Unión Europea (UE) se reunieron en Dresde, Alemania, para presentar la Alianza Europea de Regiones para la Fabricación de Semiconductores (ECRA). Entre los países que integran la Alianza se encuentran potencias económicas del continente como Alemania, Francia, Italia, España, Países Bajos, Bélgica, Irlanda, República Checa, Polonia, Hungría, Rumanía y Finlandia.
La UE solo abastece el 10% de la demanda mundial de semiconductores
Actualmente, la participación de la Unión Europea en la fabricación global de semiconductores es de apenas un 10%. Esto implica una fuerte dependencia de importaciones desde Asia y Estados Unidos. La nueva Alianza Europea se ha propuesto el ambicioso objetivo de elevar la cuota de mercado de semiconductores de la UE hasta un 20% en 2030. Esto la convertiría en un actor mucho más relevante en la competencia global con potencias como Estados Unidos y China.
¿Cómo piensan lograr este objetivo?
La Alianza Europea de Regiones para la Fabricación de Semiconductores trabajará en varios frentes para fortalecer la industria de semiconductores en Europa:
- Promoverá la creación de nuevas plantas de producción de chips en suelo europeo, con el fin de aumentar la capacidad de fabricación.
- Impulsará la investigación, el desarrollo y la innovación para crear ventajas competitivas en tecnologías y procesos de vanguardia.
- Respaldará programas de formación para trabajadores calificados que puedan desempeñarse en esta industria altamente especializada.
- Buscará generar un entorno regulatorio y de negocios favorable para atraer inversiones al sector.
Respaldo político para convertir a Europa en potencia de semiconductores
La presentación de la Alianza Europea de Regiones para la Fabricación de Semiconductores contó con la presencia de importantes líderes políticos, lo cual es indicativo del fuerte respaldo que tiene esta iniciativa. Uno de los encargados de inaugurar la Alianza fue Michael Kretschmer, Ministro Presidente del Estado Libre de Sajonia en Alemania, quien destacó la «contribución importante» que esta hará para impulsar la competitividad europea en la estratégica industria de semiconductores.
Por su parte, Thomas Schmidt, integrante del Comité de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo, enfatizó que luego de la aprobación de la Ley Europea de Chips, es momento de implementar sus objetivos: «Tenemos que crear nuevas instalaciones de producción, reforzar la investigación y formar trabajadores cualificados».
La Ley Europea de Chips busca reducir la dependencia de importaciones
La mencionada Ley Europea de Chips fue propuesta en febrero de 2022 por la Comisión Europea, con la meta de robustecer el ecosistema de semiconductores de la Unión Europea y disminuir la vulnerabilidad ante interrupciones en la cadena de suministro global. Durante la pandemia de COVID-19, la escasez de chips importados provocó graves inconvenientes en sectores clave como el automotriz. Esta situación puso de manifiesto la necesidad de desarrollar capacidades propias de fabricación de semiconductores en Europa.
¿Logrará la UE posicionarse entre las potencias de los semiconductores?
La creación de la Alianza Europea de Regiones para la Fabricación de Semiconductores representa un paso trascendental para materializar las aspiraciones de la UE en la industria de semiconductores. Al unir a las principales regiones productoras de chips en Europa, la Alianza tendrá una influencia y alcance considerable para desarrollar una cadena de suministro sólida en el continente. No obstante, el camino por recorrer es largo y desafiante. Lograr el objetivo de abastecer el 20% de la demanda mundial en 2030 requerirá de enormes inversiones y esfuerzos conjuntos del sector público y privado.
Poner a Europa en el mapa de las superpotencias de los semiconductores será determinante para su competitividad tecnológica y liderazgo industrial en las próximas décadas. Habrá que ver si la Unión Europea está a la altura de este estratégico reto.