La selección de Brasil cayó 4-2 en la tanda de penales ante Croacia, en los cuartos de final del campeonato mundial de fútbol, que se disputa en Catar.
El resultado, imprevisible para el 90% de los expertos en este deporte, surge tras igualar sin goles en los 90 minutos reglamentarios, y luego, un gol de Neymar Jr a los 105 minutos ponía a Brasil a las puertas de la semifinal.
Sin embargo, Bruno Petrovic se encargó diez minutos después de igualar los cartones, con un disparo que fue ligeramente desviado por Marquinhos, lejos del alcance del arquero Alisson, quien no pudo llegarle a la esférica pese a su gran estirada.
Al llegar a la tanda de penales, se hizo presente la imagen de la conferencia de prensa, en donde Vinicius Rodrigues, encargado de prensa de la Federación Brasileña de Fútbol, tomó un gato que se había subido a la mesa durante la conversación con los medios.
Rodrigues tomó al animal por el lomo y lo arrojó al suelo, una actitud muy criticada en diversos sectores, y que se tomó de inmediato como «la maldición del gato», algo a lo que se restó importancia por considerarse algo fortuito.
Sin embargo, el estallido en redes sociales contra Rodrigues y de rebote, contra la selección brasileña, fue de alaridos, al punto que no hubo manera de soslayar lo sucedido y relacionarlo con un posible resultado contra Brasil, como sucedió, en efecto.
Llegada la hora de ejecutar los penales, el disparo de Rodrygo fue atajado por el arquero croata Livakovic, quien a propósito, había logrado nueve atajadas en el tiempo reglamentario, conjurando el incesante ataque brasileño.
Los tiradores croatas no fallaron ante Alisson. Al final, Marquinhos, que había desviado el disparo de Petrovic, estrelló el balón en el poste. Fue el cierre de la ronda de ejecuciones; los cuatro croatas lograron anotar, por solo dos de Brasil.
Neymar Jr se derrumbó en el césped, y Luka Modric consoló a sus compañeros Casemiro y Rodrygo. Tite, que previamente sacó del partido a Richarlison, Lucas Paquetá y Vinicuis Jr, no dio declaración alguna.
Quedó flotando la imagen del gato sobre la mesa, y una nueva maldición en el deporte mundial.