Así lo han afirmado el enviado estadounidense para Corea del Norte, Sung Kim, así como los enviados surcoreano y japonés, Kim Gunn y Takehiro Funakoshi, respectivamente, quienes se han reunido este miércoles en el Ministerio de Exteriores de Tokio para fortalecer la cooperación bilateral entre las naciones ante el desafío norcoreano.
Sung Kim ha explicado que, ante la actitud del vecino del norte, que «amenaza la paz y seguridad regional», Washington está preparada para «todas las contingencias» y para trabajar en estrecha colaboración con sus aliados asiáticos, según ha recogido la agencia de noticias Yonhap.
Estas reuniones entre los enviados de Corea del Norte para Seúl, Washington y Tokio son habituales debido a la situación de seguridad en la región, especialmente después de los recientes ejercicios conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur.
Corea del Norte lanzó el pasado 17 de agosto dos misiles de crucero hacia el Mar Amarillo –entre China y Corea–, coincidiendo con los 100 días de la toma de posesión del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol.
Naciones Unidas ha avisado recientemente de que Pyongyang se está preparando para realizar su primera prueba nuclear desde 2017, dada la actividad en el sitio y el aumento de la capacidad de producción de material fisible en la instalación nuclear de Yongbyon.
