El futuro de los Martinelli Linares está en manos del juez federal Raymond Dearie, que debe decidir cómo castigar un delito de conspiración para cometer blanqueo de capitales, que lleva aparejada una pena máxima de veinte años de cárcel.
A priori, la sentencia en este caso será mucho menor, pues la Fiscalía estadounidense pide entre nueve y once años de prisión, mientras que la defensa de los hermanos solicita que queden libres, teniendo en cuenta que ya han pasado casi dos años privados de libertad.
Los abogados subrayan además que Ricardo y Luis Martinelli no eran figuras centrales en la trama Odebrecht -y que por tanto no deberían recibir castigos mayores que esas personas- y que ambos cooperaron con la investigación y están facilitando la recuperación de fondos a los que, de otra manera, Estados Unidos no podría acceder.
Sin embargo, en un escrito remitido al juez hoy jueves, los fiscales estadounidenses insistieron en su solicitud de al menos nueve años de cárcel al considerar que, aunque efectivamente ofrecieron información a las autoridades, no cooperaron “de buena fe”.
Según la Fiscalía, los Martinelli evitaron dar detalles clave y “trataron de usar su privilegio, riqueza y poder para frustrar la investigación y evitar asumir responsabilidad por sus acciones en Estados Unidos”.
Tras declararse culpables, los hermanos trataron sin éxito de salir en libertad bajo fianza, lo que fue rechazado por el juez alegando, entre otras razones, su huida de la Justicia estadounidense en junio de 2020.
Ambos se declararon culpables de participar “en pagos de sobornos hechos por y bajo la dirección de Odebrecht a un funcionario de alto rango en ese entonces del Gobierno de Panamá, que era un pariente cercano de los acusados”.
En total, EE.UU. cifra la cantidad en 28 millones de dólares y, en virtud del acuerdo por el que se declararon culpables, tendrán que pagar una multa de 19 millones de dólares al Gobierno estadounidense.