Muchos conductores no se imaginan que las luces direccionales nos acompañan desde los comienzos de la automoción. Prácticamente desde que ruedan los automóviles se agregaron estas señales para indicar que uno va a doblar, detenerse o estacionar. Sin embargo, algunos conductores se ahorran el esfuerzo y no las usan.
El problema lo tienen los conductores de otros automóviles. Deben adivinar qué maniobra va a hacer y en qué dirección. Deben estar alerta para reaccionar rápido en una intersección o en un cambio de carril.
La invención de ese dispositivo de señalización en los vehículos data de 1938, cuando Bell Joseph solicitó el registro de las luces que buscaba que sean fácilmente visibles para indicar “claramente a todas las personas cercanas un cambio de dirección previsto o una parada o ambas simultáneamente”. Serían más seguras y fluidas, a partir de ese momento, las maniobras de los conductores. En la calle no somos un ente aislado, si no que somos parte del conjunto, con el cual debemos colaborar.
Uno valora lo que más conoce, así es que debemos romper nuestra indiferencia y mover las palancas detrás del timón, que, en realidad, son obligatorias, de acuerdo al Artículo 154 del Reglamento del Tránsito que literalmente dice: “para efectuar maniobras de giro y de cambio de carril es obligatorio utilizar las luces direccionales”.
A veces olvidamos que es importante ver y poder ser vistos para tener un viaje seguro. Las luces que emiten nuestros automóviles no son solo para iluminar el camino sino que también le brindan información a los otros conductores y dan más seguridad a los trayectos.
Se ha perdido el control en el tema de las luces en general. Los faros delanteros debieran ser solo dos y de dos posibles colores: blancos y amarillos. Para impresionar a veces los conductores modifican y agregan faros. Las luces traseras deben ser de color rojo. Las direccionales deben ser intermitentes de color amarillo, tanto delanteras como traseras.
Muchas veces ocurre que el vehículo que adelanta y frena, no emite ninguna luz. Debiera tener luces de freno trasera de color rojo, la cuales se encenderán al accionarse el mando del freno antes de que este actúe.
Hasta para retroceder se debieran encender luces. Deben ser de color blanco y es obligatorio que una luz del mismo color ilumine la placa de circulación.
Para enviar una señal de advertencia están las luces intermitentes. Se está avisando que va a ver una maniobra porque en la vía hay una reparación de la calle o le pide a los otros conductores que lo rebasen. En situación de emergencia, además, es obligatorio contar con un triángulo reflectivo de seguridad. No es un elemento de decoración. Es clave si el vehículo se quedó dañado o chocado en la vía.
Otros vehículos como motos y bicicletas también tienen la obligación de usar luces. Deben ser visibles cuando están en la vía y así reducir los siniestros. Las motocicletas y triciclos deben circular con una luz al frente y una roja en la parte trasera. Deben mantenerlas encendidas siempre, también de día. Lo mismo ocurre con las bicicletas, luz blanca o amarilla al frente y un cintillo reflectivo en los pedales y en la parte trasera del asiento.
El horario para encender las luces, según la normativa del Reglamento del Tránsito, para todos los vehículos es de 6 p.m. hasta las 6 a.m. Pero también en los días de lluvia se recomienda no utilizar las luces intermitentes, sino que encender las luces normales. Lo mismo que si uno atraviesa un túnel, una nube de polvo o una niebla. La luz diurna está diseñada para hacer el vehículo más visible a todos los que estén alrededor sin causar deslumbramiento o molestias innecesarias. Señalan la posición y la anchura del vehículo.
Durante la noche, existe el dilema con el uso de las luces altas. Algunos conductores no saben cuando cambiarlas y qué hacer cuando otro conductor las deja encendidas molestando la vista.
Es obligatorio cambiar el sistema de luces altas a bajas siempre que se encuentre con otro vehículo. Debe ser a una cierta distancia. Se pide que ya a los 150 metros en carreteras y autopistas, y mucho menos, unos 75 metros, en calles y avenidas. En los cruces es una obligación utilizar las luces bajas, lo mismo que en áreas bien iluminadas.
Algo interesante es que si un conductor se encuentra con una persona irresponsable que no baja sus luces, no está autorizado a hacer lo mismo. Uno debe reducir la velocidad e, incluso, detenerse si se afecta la visibilidad o queda con la vista encadilada. No cabe la venganza.
Muchas personas les fascinan las luces de diversos colores para decorar sus automóviles. Es un gusto peligroso y, que podría acarrear multas.
No se puede reemplazar ni agregar a la iluminación original del vehículo ningún destello, flash o luz llamativa. Las luces de neón de cualquier color están prohibidas. Los vehículos particulares no pueden contar con señales de luces luminosas especiales, ni rotativas ni intermitentes.
Tomar conciencia de todas las señales que emiten nuestros automóviles y hacer buen uso de ellas ayuda a prevenir siniestros, colisiones e, incluso, atropellos.