Las vacunas contra el coronavirus serán herramientas poderosas para evitar lo peor de ese patógeno. Son el único camino claro para mejorar la suerte de la humanidad frente a la pandemia y para contener el mortal covid-19.
Por otro lado, las vacunas requieren más pruebas y deben fabricarse en grandes cantidades. El mundo debe sortear las complejidades de la distribución de esos nuevos fármacos que salvarán millones de vidas en medio de fronteras cerradas y las grandes diferencias entre los países ricos y los pobres, a lo que se suman las oleadas de nacionalismos y hasta la superstición.
Otro aspecto contrastante es que por sí solas, las vacunas no acabarán con la pandemia, al menos el próximo año, ya que no podrán producirse suficientes cantidades para que todos los que lo desean sean inmunizados.
Asi no reconoció Mike Ryan, director de Emergencias Sanitarias de la OMS.
«Los casos y las muertes continuarán y tenemos que ser claros en ello, pero su número estará en gran medida en nuestras manos. Las vacunas serán una elemento importante de nuestra caja de herramientas, pero las vacunas no significan cero covid porque no pueden hacer por si solas todo el trabajo», subrayó.
Reconoció, además, que todos los habitantes del planeta serán vacunados el próximo año.
Las previsiones de la OMS son que en el primer trimestre de 2021 se puedan producir hasta 500 millones de dosis de las vacunas que estén disponibles, con las primeras que serían las desarrolladas por el dúo Pfizer y BioNTech, por Moderna, y por Astrazeneca con la Universidad de Oxford.
La producción, con otras vacunas que podrían añadirse a ellas, podría acelerarse en la segunda mitad de 2021.
Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que la pandemia del covid-19 no ha terminado, a pesar del desarrollo de las vacunas, señalando que todavía muchas naciones tienen un nivel importante de transmisión del virus.
«En Europa algunos países han reducido la incidencia del virus a través de medidas muy restrictivas que han limitado el contacto de las personas. No obstante, cuando esas medidas se levantan es importante que los ciudadanos sigan protegiéndose para garantizar que no se vuelve a producir un aumento de los casos», señaló.
Tedros reiteró la necesidad de que las vacunas se distribuyan de forma equitativa en todo el mundo y ha pedido a los países que realicen una evaluación sobre sus capacidades con el fin de poder suministrar la vacuna
«Además de garantizar que el suministro, la fabricación, la logística y que los fondos estén en su lugar, es importante asegurarse de que los líderes se comuniquen con sus poblaciones sobre la importancia de la vacunación del covid-19 y sobre cómo y dónde obtenerla», precisó.
Segunda ola de contagios
Tedros dijo, además, que es inaceptable que los países ricos pasen por encima de las regiones pobres en la «estampida» por obtener vacunas contra el coronavirus. «El covid-19 es una crisis global y las soluciones deben ser compartidas con equidad como bienes públicos globales, no como mercancías privadas que aumenten las desigualdades», enfatizó.
Ryan, destacó por su parte, que con las vacunas los países tendrán una herramienta excelente, pero en sí las vacunas no serán las que acaben con la pandemia, por lo que es necesario incorporarlas en una estrategia de salud pública eficaz». Reiteró que cuántos más casos haya en un país más riesgo hay de que el virus se propague a otras zonas.
Por ello, ha pedido a los ciudadanos que sigan cumpliendo las medidas que han demostrado ser eficaces como, por ejemplo, la distancia social, el lavado frecuente de manos, la ventilación de los espacios cerrados y el uso de las mascarillas.
María Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS, dijo que los próximos meses serán difíciles y todo dependerá de las acciones individuales.
“Los países en los que se ha controlado la transmisión necesitarán seguir cumpliendo las normas para no volver al mismo lugar en el que nos situamos en primavera», afirmó.
Cuando el planeta enfrenta la segunda ola de la pandemia, en algunos casos más violenta que la de marzo y abril, la recomendación mayor responsabilidad en el comportamiento de la población de cara a las fiestas de fin de año. El comportamiento individual puede modificar la capacidad del virus de expandirse.
Según los expertos, las decisiones individuales que la gente tome en torno a la Navidad y el Año Nuevo podrían cambiar el curso de la pandemia, para bien o para mal, en los próximos meses.
Interrogantes sobre las vacunas
La gran interrogante es si las vacunas protegen frente a la infección o solo evitan la enfermedad. Los científicos consideran que algunas personas vacunadas podrían convertirse en transmisoras asintomáticas del coronavirus, al estar lo suficientemente inmunizadas para evitar la enfermedad, pero no lo bastante como para impedir la infección y el contagio a otros individuos.
Lo que se espera es que las diferentes vacunas ofrezcan cierta protección frente al contagio si son capaces de proteger frente a la enfermedad. “No obstante, no sabemos hasta qué punto, y esto implica incertidumbre en un futuro próximo”, explicó el digital español El Diario.
¿Qué porcentaje de las personas que reciban la vacuna podrían, pese a estar vacunadas, convertirse en transmisoras asintomáticas del virus sin saberlo?, se preguntó. “Hoy por hoy, no lo sabemos y, por tanto, tampoco podemos anticipar de qué manera la administración de las vacunas podría frenar la transmisión del coronavirus a lo largo del mundo”, fue la respuesta.
Sin datos sobre la protección de las vacunas frente a las infecciones, o su eficacia en general a largo plazo, es complicado conocer por cuánto tiempo se tendrán que seguir implantando restricciones y medidas o cuándo las sociedades podrán volver a la ansiada normalidad. La inmunidad de rebaño, conseguida a través de las vacunas, llegará más temprano o más tarde según su eficacia protectora frente a la infección.
En definitiva, el final de esta pandemia no solo dependerá de cuándo puedan administrarse los millones de vacunas contra la COVID-19, sino de cuáles son sus eficacias para cortar los contagios y cuánto dura la inmunidad que ofrecen. Parece que se ve una luz al final del túnel, pero aún es pronto para saber a qué distancia está.