El Canal de Panamá llega este 15 de agosto a 106 años de servicios ininterrumpidos con su vigencia fortalecida en medio de una pandemia sanitaria sin precedentes causada por el nuevo coronavirus, y con uno de sus principales retos: contar con nuevas fuentes de agua que garanticen la operatividad de esta importante vía marítima internacional.
El pasado 10 de agosto, se alcanzó 10 mil tránsitos por el canal ampliado desde su apertura hace cuatro años, con lo que la vía interoceánica reafirmó su papel en la cadena global de suministros.
Para el administrador Ricaurte Vásquez Morales, “los acontecimientos de esta semana: nuestro tránsito neopanamax número 10 mil y el 106 aniversario, marcan nuevos hitos que reafirman la competitividad del Canal de Panamá, respaldada por un servicio continuo, seguro y confiable”.
Según datos oficiales, en medio de la actual pandemia, el Canal de Panamá ha mantenido sus operaciones regulares, reforzando sus protocoles sanitarios y de seguridad para permitir el transporte constante de bienes esenciales y contribuir a impulsar la reactivación económica posCovid-19.
Además el Canal de Panamá sigue de cerca los cambios que enfrentan los mercados para estar preparado y aprovechar las oportunidades. Por ejemplo, se anticipa un acercamiento de los centros de fabricación a los centros de consumo, resultando en la reestructuración y regionalización de las cadenas globales de suministro.
Esta dinámica impulsaría un mayor tránsito de barcos más grandes y pesados que transportan carga a granel y seca a través del Canal de Panamá, lo cual subraya la importancia de asegurar un nivel operativo de agua que atienda las necesidades de los clientes.
Hacia el futuro: agua
Esa proyección del mercado reafirma los esfuerzos del Canal de Panamá en encontrar una solución a largo plazo para la disponibilidad de agua en los lagos Gatún y Alhajuela, los cuales, entre ambos, suplen a la mitad de la población del país, y alimentan el principal recurso natural para la operación de la vía.
Producto de la crisis climática, en 2019, la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá experimentó su quinto año más seco en 70 años, con menos lluvias, lo que provocó que los niveles de los lagos cayeran muy por debajo del promedio.
Frente a este escenario, el Canal actuó implementando medidas como un cargo por agua dulce que entró en vigencia en febrero pasado, sumado a prácticas de conservación de agua puestas en marcha desde meses antes.
Esas medidas permitieron mantener un calado estable a pesar de la falta de lluvias del 2019. Debido a ello, la vía pudo ofrecer un calado de 48 pies, el más alto en más de 12 meses.
El Canal de Panamá continúa su búsqueda de soluciones a largo plazo y espera identificar una cartera integral de proyectos destinados a fortalecer los esfuerzos de gestión de los recursos hídricos de la Cuenca Hidrográfica para el 2021.