Producir una vacuna para lograr inmunidad frente a la covid-19, es una carrera contra reloj. En el camino los científicos explican que la primera vacuna que se consiga va a ser muy útil, pero no tiene que ser necesariamente la mejor. Pueden surgir otras que, aunque tarden, lograrán una inmunidad más completa y permanente.
Hay que separar, además, la ciencia de la propaganda y, como si fuera poco, blindarse contra los ciberataques de regímenes que pretenden robar los avances logrados por las farmacéuticas involucradas este esfuerzo titánico. El blanco es encontrar la única solución contra la pandemia que ya ha contagiado a 14.5 millones en todo el mundo y causado la muerte a 605,000 personas.
De las 23 candidatas por sus avanzados ensayos, cinco son las vacunas más prometedoras y ocupan los primeros puestos del ranking. La OMS ha identificado, además, 140 en fase clínica, 230 en ensayos parciales y unas 500 solo en proceso de planificación.
Las cinco principales, en orden de avances, son la Oxford-AztraZeneca, la de Moderna Inc., la BioNtech-Pfizer y las chinas Sinopharm y CanSino.
Pese a los datos alentadores sobre su posible obtención, hay cuestiones que frenan el optimismo. Una es la capacidad mundial de producirla, pues solo alcanzaría a un 20% de la población en un año. Además la puesta en el mercado de una vacuna podría incidir en que otros fabricantes dejen de elaborar fármacos para enfermedades que causan tasas de mortalidad muy altas.
Las vacunas no se producen donde se diseñan. El principal productor es India, seguido de China, Brasil y Sudáfrica. Por eso la producción del fabricante es limitada. En un proceso de superproducción se podrían poner en el mercado 2,000 millones de dosis anuales para una población de 7,500 millones de personas.
Oxford-AztraZEneca, podría fabricar 2,000 millones de vacunas al año, Moderna 1,000 millones de dosis anuales, mientras que Sinopharm otras 1,000 millones.
Otro problema es el precio. Si se compara con la vacuna de la meningitis B, cuyas dos dosis cuestan $200, puede tenerse una referencia. Si ese es el precio de la vacuna de la covid-19, solo podrían pagarlo los países ricos.
Vacuna Oxford-AztraZeneca
Al menos hasta septiembre no se sabrá si una de las vacunas más prometedoras como la de la Universidad de Oxford en colaboración con la farmacéutica anglo-sueca AztraZeneca ser eficaz o no.
Los hallazgos realizados hasta el momento son esperanzadores. Podría proporcionar una doble protección contra la covid-19. Más de lo esperado.
Muestras de sangre de voluntarios han demostrado que genera una respuesta contra el coronavirus no solo a través de la estimulación de anticuerpos, sino también contra las células asesinas conocidas como linfocitos T, que actúan contra la infección. Se está probando con voluntarios en Brasil y Reino Unido. Los resultados se esperan en octubre. Pero la vacuna no estará lista hasta mediados del 2021.
Vacuna Moderna Inc.
La vacuna que la farmacéutica estadounidense Moderna Inc. está desarrollado contra el coronavirus, ha provocado una fuerte respuesta inmunológica en sus diferentes ensayos clínicos.
Induce, además, la producción de células inmunitarias, principalmente linfocitos CD4. Algunas de esas células son imprescindibles para el establecimiento de la memoria inmunológica. Los resultados del ensayo clínico aportan así un primer indicio de que el efecto protector de la vacuna podría ser duradero.
Nuevos resultados publicados el martes pasado en The New England Journal of Medicine confirman las expectativas: los voluntarios producen anticuerpos neutralizantes en mayor cantidad que los pacientes que han superado la covid-19, según el ensayo clínico liderado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y por investigadores externos a la compañía.
No se ha registrado ningún efecto secundario grave que pueda comprometer el desarrollo de la vacuna. A la dosis que se administrará en el ensayo clínico de fase tres con 30,000 voluntarios a partir del 27 de julio, los efectos secundarios más comunes han sido fatiga y dolor de cabeza moderados después de recibir la segunda dosis de la vacuna.
La fase uno mide la tolerancia y respuesta de la vacuna en pocas personas, la fase dos expande esos hallazgos en unos pocos centenares y la fase tres enfrenta a la vacuna contra un placebo en miles de voluntarios.
Vacuna BioNtech-Pfizer
La vacuna que ensayan la alemana BioTech y la estadounidense Pfizer, creador del Viagra, también ha obtenido resultados clínicos similares a la de Moderna.
La fase tres de estudios se iniciará a finales de julio en colaboración con Argentina. Según los expertos, es posible que se tenga esa vacuna para comienzos del próximo ano.
Ambas vacunas se basan en una nueva tecnología genética distinta a la de cualquier vacuna creada para otras enfermedades. En lugar de inocular virus para estimular la inmunidad como las vacunas tradicionales, inoculan fragmentos de ARN que contienen instrucciones genéticas. A partir de esas instrucciones, el cuerpo produce proteínas del virus que activan la respuesta inmunitaria. En ese caso, ambas vacunas producen la proteína S, que es la que el virus utiliza para entrar en las células humanas.
También la vacuna de BioNTech y Pfizer induce la producción de cantidades elevadas de anticuerpos neutralizantes, según resultados de los ensayos de la fase dos realizados a finales de junio.
Vacunas Sinopharm y CanSino
De una decena de ensayos chinos los proyectos de SinoPharm y CanSino Biologics son los más prometedores. Ambas emplean la tecnología de vacuna “inactiva” que se hace cultivando el virus completo en un laboratorio y después matándolo. Ese es el método para hacer las vacunas contra la polio.
SinoPharm afirmó que 30 “voluntarios especiales”, miembros del Partido Comunista Chino se habían ofrecido a vacunarse antes incluso de que la firma recibiera autorización para sus primeros ensayos en humanos, lo que planteó preocupaciones éticas entre observadores occidentales.
Sinopharm ha trabajado junto con Emiratos Árabes Unidos en el desarrollo de su vacuna que debe entrar en la fase tres a finales de este mes. En Emiratos conviven 200 nacionalidades lo que convierte a esos grupos étnicos en un amplio espectro para probar el fármaco entre unos 15,000 voluntarios.
A finales de junio, el régimen chino dio autorización especial a sus soldados para utilizar una vacuna experimental fabricada por otra compañía, CanSino, saltándose las pruebas finales necesarias para comprobar si de verdad funciona.
Las normas éticas internacionales modernas requieren que los participantes en estudios médicos estén plenamente informados y consientan libremente.
El problema, no obstante, es que pese a las afirmaciones de las farmacéuticas chinas se sabe muy poco sobre sus ensayos y todo indica que seguirán ocultos, de acuerdo a las prácticas del régimen de Pekín.
CanSino se escuda en “secretos comerciales” para no dar toda la información que el resto del mundo gustaría tener.
Por ejemplo, como explicó la agencia de noticias británica Reuters, CanSino se negó a revelar si la vacuna iba a ser obligatoria u opcional para los soldados chinos. Esto podría hacer pensar que es posible que la aprobación de uso para el ejército esconda también una forma extraña de recabar la información que falta.
William Lee, del Instituto Milken, un grupo de estudios en Santa Mónica, California, que monitorea los avances en las vacunas contra la covid-19, dijo a Los Angeles Times que debido a los escándalos pasados de China “si tienen éxito en ser los primeros en tener un producto funcional en el mercado, más vale que sea prístino, puro, para que la gente fuera de China quiera comprarlo».
Rusia trata de robar vacuna
Otro régimen que ensaya sus proyectos de vacuna con soldados es Rusia. El Fondo Ruso de Inversiones Directas anunció que espera tener una vacuna en octubre en el mercado. Están en la fase dos y a principios de agosto esperan iniciar la fase tres con pruebas en distintos países, incluidos Cuba y Venezuela.
De tener éxito planean producir 30 millones de vacunas este año. Moscú anunció que está desarrollando 23 vacunas contra el coronavirus. Pero los expertos consideran que no es más que mera propaganda política.
Por otro lado, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido denunciaron en un comunicado conjunto que Rusia lanzó un ciberataque contra científicos británicos y estadunidenses para “usupar los secretos de la vacuna contra la covid-19”.
Aunque Moscú lo ha negado, informes de inteligencia afirmaron que el grupo APT-29 cercano al régimen ruso está detrás de los ciberataques.
The New York Times reveló que del Kremlin ha usado un malware llamado WellMess y WellMail, junto a spear pishing, para robar datos e información. Han intentado entrar en organizaciones británicas y estadunidenses que están desarrollando vacunas contra el coronavirus.
“Son ataques inaceptables de parte de los servicios de inteligencia rusos que tienen como objetivo a aquellos que trabajan para combatir la pandemia del coronavirus”, enfatizó el comunicado conjunto. Los ataques no han obstaculizado el avance de las investigaciones.
“Conseguir una vacuna contra la covid-19 es el nuevo Santo Grial”, dijo a The Washington Post Lawrence Gostin, experto en legislación de salud pública en la Universidad de Georgetown. “La competencia política por ser el primero no es menos significativa que la carrera por llegar a la Luna entre Estados Unidos y Rusia”.