El 18 de mayo de este año, el británico Tyson Fury perdió su invicto y el título mundial del peso pesado reconocido por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el ucraniano Oleksandr Usyk, en una de las peleas más importantes del 2024.

El combate había sido pospuesto en dos ocasiones. Debió celebrarse el 23 de diciembre de 2023, después que Fury derrotara a Francis Ngannou; se dio un plazo hasta el 2 de febrero de 2024 para hacerla, pero un corte sobre el ojo derecho del británico, que requirió atencion y cuidados especiales, retrasó el pleito hasta el 18 de mayo.

Usyk hizo una gran pelea, en la que tuvo a Fury al borde del nocáut en el noveno asalto; pero antes, en los asaltos cuatro y seis, el británico sacudió duramente al de Ucrania, haciéndolo tambalear en varias ocasiones.

Fury perdió la pelea por decisión dividida, en la que fue su primera derrota en el boxeo profesional. Un juez votó 114-113 para Fury, mientras que otros dos jueces votaron 115-112 y 114-113 a favor de Usyk.

Siete meses después, ambos púgiles regresan a Riad para un segundo combate. Lo hacen en condiciones bastante distintas a las del pasado 18 de mayo. Mientras el campeón vio perder la corona de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la mesa, la cual ahora tiene en su poder Daniel Dubois, Fury ha trabajado con intensidad (diferente al primer encuentro).

El ucraniano se ha preparado en las mejores condiciones, sin descuidar los detalles físicos y técnicos. Su equipo de trabajo estima que en esta ocasión, será mucho más fuerte y consistente en el primer encuentro.

Fury, por su parte, sostiene que no haber tenido que entrenar cuidándose por un corte le ha permitido «trabajar más fácil». Ha dicho que en esta oportunidad, no desperdiciará las oportunidades que tenga en el combate, y vaticinó un triunfo por nocáut sobre Usyk.

Este sábado, estos dos boxeadores tienen mucho que perder, en términos económicos. Por un lado, una derrota para Usyk le dejaría solo el camino de una tercera pelea ante Fury; pero en caso de ganar, un pleito de reunificación de los títulos mundiales del peso pesado ante Daniel Dubois, con una muy jugosa bolsa, es lo que le esperará en el primer semestre del próximo año.

Por su parte, una derrota dejaría a Tyson Fury bastante lejos de posibles grandes peleas en 2025, y podría incluso marcar su despedida de los cuadriláteros. Así que, perder no es una opción para ninguno de estos dos peleadores.

Y otra cosa, el tiempo de ambos como boxeadores se está acortando. Fury tiene 36 años y Usyk 37; es decir, que a no les queda muchas opciones ante el inexorable paso del tiempo. Así que una victoria es un resultado ideal. Y un empate, una razón para pactar una tercera pelea.

Un detalle adicional: Oleksandr Usyk solo ha tenido revancha en su carrera, fue ante Anthony Joshua, en ambos pleitos venció, aunque en el segundo, logró una bastante cuestionada decisión dividida sobre el británico. En cambio, Tyson Fury tiene marca de 5 victorias sin derrotas en peleas de revancha. Ganó cada una de esas peleas por nocáut.