Vamos

La agrupación Vamos parece estar naufragando en un sinsentido. Muchos de sus diputados tienen la mala costumbre de no legislar, sino pararse en la Asamblea a regañar y a gritar. Pero esta actuación flaco favor le hace a la agrupación, que aún tiene la gran oportunidad de convertirse en un partido político. Su gran líder Juan Diego Vásquez también está siendo eclipsado por los nuevos liderazgos dentro del grupo y como ahora el joven político no está en la palestra pública como cuando era diputado, cada día que pasa es un día que aumenta en su anonimato. Pero para el país es necesario tener a Vamos, pero como partido político. Panamá necesita la oposición que puedan materializar y que, como agrupación política, de jóvenes en su mayoría, trace un proyecto país, compita en las elecciones y tenga beligerancia en cada aspecto de la vida política nacional. A lo largo de los primeros cien días, la agrupación ha pasado de un coqueteo inicial con el gobierno del presidente Mulino- quien los llamó la oposición real de este quinquenio- a un distanciamiento tras el rechazo de sus diputados al nuevo director de la Caja. Esa decisión llevó al presidente Mulino a calificarlos de “chiquillos”. ¿Será porque prometieron su voto y luego votaron en contra? Hasta ahora, la actuación de Vamos está causando “mucho ruido y pocas nueces” y salvo que enderecen su rumbo, va a ir perdiendo el encanto. El país necesita de los valores que representan, pero esa historia de que son los buenos y los otros los malos, puede convertirse en un verdadero bumerán en su contra. ¡Así de simple!

Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo

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