El 1 de octubre marcará el inicio de una nueva etapa en la política mexicana con la investidura de Claudia Sheinbaum, pero también será una prueba para la diplomacia internacional del país
Claudia Sheinbaum, la primera mujer electa como presidenta de México, se prepara para tomar posesión en medio de controversias diplomáticas que han captado la atención internacional. Mientras 105 países y 22 organismos internacionales confirman su asistencia, la exclusión del Rey Felipe VI de España ha desatado tensiones entre ambos países. Las relaciones bilaterales entre México y España han sido complejas en los últimos años, con desencuentros que datan desde la exigencia de disculpas por la conquista, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El evento del 1 de octubre marca un hito en la historia política de México con la llegada de la primera presidenta electa al poder. Según lo reportado, líderes de América Latina como Luiz Inácio Lula da Silva, Miguel Díaz-Canel, y Gustavo Petro estarán presentes, consolidando la relación de México con la región. No obstante, la exclusión de ciertos líderes, como los mandatarios de Ecuador y Perú, así como la polémica exclusión del monarca español, ha generado críticas y tensiones diplomáticas que podrían tener repercusiones a largo plazo.
El choque con España: origen de las tensiones
Las relaciones entre México y España han sido complicadas desde 2019, cuando el presidente López Obrador pidió al Rey Felipe VI que se disculpara por los abusos cometidos durante la conquista de América. Esta solicitud no fue atendida, lo que llevó a una «pausa diplomática» en 2022. Aunque no se ha formalizado una ruptura, las tensiones han persistido.
Las tensiones con España y otros países reflejan la complejidad de equilibrar las relaciones internacionales con los compromisos históricos y políticos internos.
La exclusión del monarca español de la toma de posesión de Sheinbaum se percibe como una continuación de ese conflicto. La decisión de no invitar al Rey ha sido calificada como «inaceptable» por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, lo que llevó a que el país decidiera no enviar representación oficial al evento. La ministra de Defensa, Margarita Robles, y otros líderes políticos expresaron su malestar, argumentando que el Rey de España asiste tradicionalmente a las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos.
Por otro lado, dentro de la propia coalición gobernante en España, algunos partidos han manifestado su incomodidad con la ausencia en la ceremonia, lo que refleja divisiones internas sobre la política exterior hacia América Latina. A nivel internacional, la decisión de excluir al monarca español ha avivado el debate sobre si España debería pedir disculpas por la conquista, un tema que ha generado opiniones encontradas tanto en México como en España.
Claudia Sheinbaum y su visión diplomática
Sheinbaum ha adoptado una postura conciliadora al respecto, manifestando su deseo de mantener relaciones cordiales con España, pero reafirmando la importancia de reconocer los derechos históricos de los pueblos indígenas en México. Si bien no ha descartado completamente la posibilidad de un acercamiento con España, su administración parece estar alineada con la visión de López Obrador de buscar un reconocimiento histórico de los errores cometidos durante la conquista.
El 1 de octubre marcará el inicio de una nueva etapa en la política mexicana con la investidura de Claudia Sheinbaum, pero también será una prueba para la diplomacia internacional del país. Las tensiones con España y otros países reflejan la complejidad de equilibrar las relaciones internacionales con los compromisos históricos y políticos internos. Queda por ver cómo Sheinbaum gestionará estas dinámicas y si logrará restaurar los lazos diplomáticos tensos, mientras promueve su agenda de transformación política y social en México.
