Las calles de Caracas y más de 300 ciudades alrededor del mundo fueron escenario este sábado de masivas manifestaciones convocadas por la oposición venezolana para denunciar un supuesto fraude en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Miles de personas se congregaron para exigir el reconocimiento de la victoria del candidato opositor Edmundo González Urrutia, en lo que los organizadores denominaron una «gran protesta mundial por la verdad».
La crisis política en Venezuela se agudizó luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamara la reelección de Nicolás Maduro con el 52% de los votos, sin presentar evidencias que respalden ese resultado. La oposición, liderada por María Corina Machado, rechazó enérgicamente estos números y aseguró tener copias de más del 80% de las actas de votación que demostrarían la victoria de González Urrutia con el 67% de los sufragios.
«Aquí todo el mundo tiene que mantener la batalla y la fuerza», declaró Machado en una transmisión por redes sociales previa a las movilizaciones. «Al saberse desnudo, entonces qué hace: mentira, represión, violencia y desmoralización. La desmoralización es la estrategia del régimen», afirmó la líder opositora.
Movilizaciones en Venezuela
En Caracas, epicentro de las protestas en el país, miles de manifestantes se concentraron en la avenida Francisco de Miranda portando banderas venezolanas y copias impresas de las actas electorales de sus centros de votación. «Estoy defendiendo lo que todos sabemos, lo que todo el mundo sabe: Edmundo González es el presidente electo por todos nosotros», expresó Yelitza García, una administradora de 41 años que participó en la manifestación.
El ambiente en la capital venezolana estuvo marcado por un fuerte despliegue policial y militar. Varios puntos estratégicos fueron custodiados por blindados de la Guardia Nacional y efectivos policiales en motocicletas. A pesar de la tensión, los manifestantes insistieron en mantener el carácter pacífico de la protesta.
«Si nos quedamos callados esto no tiene ningún sentido», afirmó Adriana Calzadilla, una profesora de 55 años, al inicio de la manifestación en Caracas. «Este es un gobierno criminal que quiere enquistarse en el poder. (…) Huele a libertad, no tengo nada que temer».
Manifestaciones globales
La diáspora venezolana respondió al llamado de la oposición y se movilizó en decenas de ciudades alrededor del mundo. En Buenos Aires, Madrid, Bogotá, Ciudad de México, Los Ángeles y Nueva York, entre otras urbes, se realizaron concentraciones para exigir transparencia en los resultados electorales y denunciar la situación en Venezuela.
En la capital argentina, la protesta se llevó a cabo en la emblemática Floralis Genérica, donde la activista Elisa Trotta, secretaria general del Foro Argentino para la Defensa de la Democracia, dirigió un mensaje a los presentes. Mientras tanto, en Tokio, la periodista venezolana Luza Medina reportó un encuentro emotivo entre compatriotas: «Todos nos reconocimos en las historias del emigrante. En el duelo de no reconocer la casa. En el sueño de un país distinto», expresó en sus redes sociales.
Incluso en ciudades asiáticas como Seúl, Pekín, Kuala Lumpur y Tokio se registraron manifestaciones de venezolanos expatriados. En la capital malasia, un grupo de manifestantes se reunió con copias de las actas de votación, expresando su convicción de que esta vez «es diferente» debido a la evidencia que poseen.
Reacciones internacionales
La crisis post-electoral en Venezuela ha generado diversas reacciones en la comunidad internacional. Estados Unidos, la Unión Europea y una veintena de países emitieron un comunicado conjunto el viernes, rechazando la represión a los manifestantes y exigiendo la publicación inmediata de las actas electorales, así como una verificación imparcial e independiente de los resultados.
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por consenso una resolución que exige al CNE la publicación expedita de las actas de votación a nivel de cada mesa electoral. Washington Abdala, representante de Uruguay ante el organismo, pronunció un enérgico discurso calificando la situación en Venezuela como «una dictadura oprobiosa» y urgiendo a la comunidad internacional a unirse en su condena.
Por su parte, los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, propusieron una salida que incluye la posibilidad de convocar nuevas elecciones o formar un gobierno de coalición. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada tanto por el chavismo como por la oposición. María Corina Machado reafirmó que «las elecciones ya ocurrieron» y que lo que se busca es el reconocimiento de los resultados reales.
Represión y detenciones
En el contexto de las protestas post-electorales, organizaciones de derechos humanos han denunciado una ola de arrestos y actos de represión por parte de las fuerzas de seguridad. Según señalamientos de la ONG Foro Penal, se han registrado más de 1.400 detenciones, entre ellas a un centenar de adolescentes y a decenas de personas con discapacidad.
La noche previa a las manifestaciones, se reportó la detención de Piero Maroun, secretario nacional de organización del partido opositor Acción Democrática, lo que aumentó la tensión y las preocupaciones sobre posibles actos de represión durante las protestas.
Perspectivas y desafíos
El conflicto post-electoral en Venezuela plantea serios desafíos para la estabilidad política del país y la región. Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego de Refugiados, advirtió que la falta de un acuerdo político y democrático podría agudizar la crisis migratoria venezolana, que ya ha llevado a más de 7,7 millones de personas a abandonar el país.
Edmundo González Urrutia, quien la oposición considera el legítimo ganador de las elecciones, ha hecho un llamado a «una transición ordenada» en Venezuela. «Tenemos los votos, las actas, el apoyo de la comunidad internacional y tenemos a los venezolanos decididos a luchar por nuestro país, pero sobre todo tenemos un plan para recuperar a Venezuela, donde el progreso, el bienestar y la paz reinen», afirmó en un mensaje difundido en redes sociales.
Mientras tanto, el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el oficialismo, ha iniciado un peritaje de los documentos electorales, proceso que la oposición ve con escepticismo dado el control que ejerce el gobierno de Maduro sobre las instituciones del Estado.
La jornada de protestas de este sábado marca un punto crítico en la crisis venezolana, poniendo a prueba la capacidad de movilización de la oposición y la respuesta del gobierno de Maduro. El desenlace de este conflicto tendrá profundas implicaciones no solo para el futuro político de Venezuela, sino también para la estabilidad regional y los flujos migratorios en América Latina.