Contra la política cavernaria

El pulseo sostenido por la Alianza Estratégica contra los partidos tradicionales, especialmente el PRD, en la lucha por un espacio justo en las comisiones legislativas, va más allá de simples cargos. Esta es una batalla contra el caciquismo que ha dominado la política criolla, donde los mismos grupos políticos de siempre han impuesto su voluntad sin importar los medios. También es una lucha por representar las expectativas y los intereses de sus votantes, aspirando a una renovación política centrada en el bienestar ciudadano y los valores éticos largamente ignorados.

El caciquismo político, arraigado en la historia latinoamericana desde la época de la conquista, ha perpetuado un sistema de poder autoritario y beneficios personales a costa del desarrollo democrático. Esta figura, inmortalizada en personajes creados por García Márquez y Ciro Alegría, continúa marcando la política actual, caracterizándose por la concentración del poder, la corrupción y la exclusión social. Contrario a esto, el verdadero liderazgo político, como lo definieron Ángela Merkel y Jacinda Arden, se basa en la capacidad de tomar decisiones difíciles, escuchar las necesidades ciudadanas y promover soluciones efectivas.

La tarea de erradicar el caciquismo es monumental y apenas comienza. No será fácil, dado que los políticos tradicionales aún no comprenden los cambios que se ciernen, no solo sobre la Asamblea, sino sobre toda la nación.

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