CSS y sustancias (in)controladas

La pandemia de sobredosis que asola a los Estados Unidos provoca una víctima mortal cada cinco minutos. Y dentro de este apocalíptico escenario destaca como protagonista una droga sintética 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina: el fentanilo. Las autoridades de salud advierten que unos pocos granos, del tamaño de la sal, pueden causar una muerte rápida, sobre todo entre los jóvenes.

Según información de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en el período comprendido entre febrero de 2021 y 2022 murieron 109 mil estadounidenses a causa de sobredosis de fentanilo; lo que obligó al presidente Biden a catalogar a la sustancia como una amenaza para la seguridad nacional, la economía y la política exterior de la nación norteña.

En Panamá, sin embargo, la situación es distinta: de los depósitos de la Caja de Seguro Social desaparecen 10 mil dosis de la droga sin que el hecho cause mayor revuelo entre las autoridades nacionales. El equivalente a medio millón de dosis de heroína y un millón de morfina, ha sido hurtado comprometiendo la credibilidad de los procesos con que la Caja maneja las sustancias controladas bajo su responsabilidad. En cualquier país medianamente decente del mundo, ya se habría destituido a algunas de las autoridades que encabezan la institución. Pero estamos en el reino del absurdo, donde cada día llega con un nuevo escándalo que empuja al olvido todos los anteriores, cubriéndolos con el acostumbrado manto de impunidad.

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