Panamá

El Panamá en Paralelo

Foto de Yender Fonseca en Pexels

Hace unas semanas atrás en un programa de televisión manifesté que hay un Panamá en paralelo. Es decir, una parte importante del país alejada de la política partidista e indiferente a los temas sociales y económicos que enfrentamos.

Reconocen el grado de corrupción. Se dan cuenta cómo los políticos han tergiversado el objetivo de hacer Patria por hacer dinero en el ejercicio público. Y sin esa nueva camada de panameños interesada en retornar a la sana política y enrumbarla han preferido distanciarse y llevar una vida en paralelo.

Esa vida en paralelo es preocuparse por lo de uno, su familia y sus intereses. Y si las cosas se tornan difíciles para los hijos por no ver futuro en el terruño emigrar hacia otros lares.   Pretender enmendar el sistema algo iluso. Ya se dieron por vencidos.

Quizás participen en las elecciones populares cada cinco años y se encanten por un candidato y luego se desencanten porque resultó no estar dispuesto a realizar los cambios que prometió. Un ejemplo de ello han sido los candidatos desde Martín Torrijos (Patria Nueva, Cero Corrupción), Ricardo Martinelli (Ahora le toca al Pueblo), (Se puede meter la pata pero no la mano) y Juan Carlos Varela (El pueblo primero, Constituyente).

El Panamá en Paralelo no ve la política desde el punto de vista de puestos de trabajo.  Desean la modernización, el fortalecimiento institucional, la razón como instrumento de las decisiones políticas, una burocracia técnica, preparada y estable, un país de oportunidades sin distingos de ninguna especie.

Lamentablemente no ha existido ningún gobernante en los últimos tres gobiernos y medio que se los ha podido ofrecer y de ello el desencanto y el distanciamiento en la participación ciudadana. Ese Panamá en paralelo no está constituido por amplias mayorías. Es quizás en un torneo electoral no más del 20% de los votos.

Son los que en un torneo electoral pueden mover el péndulo a favor de uno de los candidatos presidenciales con estructura partidaria pero no han querido asumir la responsabilidad de romper el nudo gordiano que los tiene a ellos y al resto del país atrapados.

Tiene una mejor opción que los demás. Mejor educación, mejores oportunidades, más integrados a la economía global, posibilidad de transferirse a otros lugares con su profesión o capacidades técnicas. En un mundo globalizado e integrado constituyen un grupo con opciones. Se pueden dar el lujo de vivir en su propio terruño y llevar una vida en paralelo.

Ese motor importante de la fortaleza de un país se siente desaprovechada, alejada, no consultada por quienes tienen secuestrada la política panameña. Ellos han decidido vivir un Panamá en Paralelo.

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