Chile vota este domingo en las presidenciales más inciertas en 31 años de democracia, que podrían cerrar el viejo ciclo político del país, con dos favoritos que no integran las coaliciones tradicionales que han gobernado las últimas décadas.
En unas elecciones marcadas por dos años de duras protestas sociales, el presidente saliente Sebastián Piñera fue la primera figura pública en ir a votar en un colegio en Las Condes, un barrio acomodado de Santiago. «Todas las opiniones importan. Vengan a votar», «somos capaces de resolver nuestras diferencias de manera pacífica, a votar», pidió ante las cámaras.
Unos 15 millones de electores -en una población de 19 millones- están convocados para ejercer su derecho al voto, voluntario desde 2012.
Las urnas estarán abiertas hasta las 18H00 locales (de 11H00 a 21H00 GMT) para votar entre siete candidatos a la presidencia, la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad del Senado, además de consejeros regionales.
Llegan como favoritos representantes de los dos polos políticos más antagónicos: el diputado del Frente Amplio de izquierda Gabriel Boric, el aspirante más joven en la historia con 35 años, y el abogado y político de extrema derecha José Antonio Kast, de 55 años y del Partido Republicano.
«Es un ciclo de consolidación de un modelo de acumulación capitalista (…) que se cerraría ahora», señaló a la AFP el analista político de la Universidad de Santiago Marcelo Mella.
Un 50% de indecisos, voto voluntario y restricciones sanitarias por la pandemia, configuran el escenario más incierto desde el retorno a la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Las encuestas, que no acertaron los resultados en las elecciones anteriores, posicionan como favoritos al abogado ultraderechista Kast y al diputado izquierdista Boric, que se postula por «Apruebo Dignidad», una coalición que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista.
Boric votará en la ciudad donde nació y creció, Punta Arenas, a orillas del Estrecho de Magallanes, más de 3.000 km al sur de Santiago; en tanto la candidata demócrata cristiana, Yasna Provoste, lo hará en Vallenar, su ciudad natal 660 km al norte de la capital.
Los primeros resultados del voto en el extranjero dieron un triunfo contundente de Boric en Oceanía con Kast en segundo lugar en Australia y el liberal Franco Parisi segundo en Nueva Zelanda.
Outsiders de la vieja política
Exlíder estudiantil y defensor del proceso constituyente en curso, Boric es el candidato más joven que se haya presentado a la Presidencia de Chile.
Pero ni él, ni Kast, ni la mayoría de los siete rivales, forman parte de las coaliciones políticas que se han repartido el poder desde el retorno a la democracia en 1990.
«Entran como favoritos quienes nunca lo fueron», definió el politólogo de la Universidad de Santiago Raúl Elgueta.
«Se puede sostener que son las últimas elecciones del viejo ciclo, ya que pueden terminar con un resultado diferente a los (políticos) que ha habido», agregó.
Según los sondeos, ningún candidato alcanzaría el 50% de los votos para asegurar un triunfo en primera vuelta, por lo que se pronostica un balotaje el 19 de diciembre.
Programas opuestos
El programa de Boric busca dar un giro hacia un modelo de Estado de bienestar y asegurar derechos sociales.
Propone «construir un Estado que garantice derechos, que garantice dignidad e igualdad, es la única manera de tener estabilidad» social, afirmó Boric en el cierre de su campaña el jueves.
Por su parte Kast intenta mantener el modelo neoliberal heredado de la dictadura de Pinochet y promete imponer «orden, seguridad y libertad», tras dos años de revuelta social después de las manifestaciones que estallaron en octubre de 2019.
«Se enfrentan dos modelos de sociedad. El que representamos nosotros, de libertad y justicia, y el del Partido Comunista y Gabriel Boric, un país que no queremos y que tendría un pasaje seguro al caos, al hambre y a la violencia», dijo Kast al cerrar su campaña.
La senadora demócrata cristiana y exministra de Michelle Bachelet, Provoste, de 51 años, es la única con un pasado en la Concertación, la coalición de partidos de centroizquierda que gobernó 20 años seguidos tras el fin de la dictadura.
Sebastián Sichel, de 44 años, sin afiliación política pero con un paso previo por la Democracia Cristiana, es el representante de la alianza oficialista, fracturada en las últimas semanas porque algunos parlamentarios apoyaron a Kast.
Compiten también el profesor de extrema izquierda Eduardo Artes, el cineasta y político progresista Marco Enriquez-Ominami y el economista del llamado Partido de la Gente, Parisi, que vive en Estados Unidos y no pisó el país durante la campaña por problemas con la justicia chilena.
Un factor clave será la participación de los jóvenes, de acuerdo a los analistas.
Desde que se instauró el voto voluntario en 2012, Chile registró su mayor grado de participación en octubre de 2020, cuando gran número de jóvenes votó en el plebiscito que decidió -con un apoyo de 78%- cambiar la Constitución, considerada la madre de las desigualdades sociales y abusos de empresas.