Unos 80 mil manifestantes, entre ellos más de 6 mil en París, se movilizaron contra el pasaporte sanitario en Francia por décimo sábado consecutivo, según el ministerio del Interior.
El sábado pasado fueron 121 mil, la semana anterior 140 mil y 237 mil el 7 de agosto.
Había muchos empleados de los servicios de salud, obligados desde el miércoles a vacunarse para poder trabajar. Algunos prefirieron dimitir y otros, 3 mil según el ministerio de Salud, fueron suspendidos.
La obligación de vacunarse contra el covid-19 entró en vigor para 2,7 millones de profesionales de la salud en hospitales, centros geriátricos, bomberos, conductores de ambulancias, empleados que cuidan personas a domicilio y médicos y personal de salud privados.
«No es seguro lo que hay en las vacunas, no somos cobayas», dijo sin dar su nombre una ayudante médica de 37 años, que participó en una manifestación en París.
«No me vacuné, ni en sueños, y dimití» como funcionaria, dijo.
El presidente francés Emmanuel Macron anunció el jueves la posible reducción de algunas medidas sanitarias donde el virus circule menos.
Francia, que tiene unos 67 millones de habitantes, superó la barrera de 50 millones de personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna.