En un nuevo polémico fallo, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de mayoría conservadora, amplió este lunes aún más el papel de la religión en las escuelas públicas, al invalidar el despido de un entrenador de fútbol americano que rezaba en los campos de juego. Tres días después de enterrar el derecho al aborto en Estados Unidos, sus seis jueces conservadores, a contramano de la opinión de sus tres colegas progresistas, fallaron a favor de Joseph Kennedy, quien había supervisado durante siete años los equipos de una escuela secundaria en Bremerton, cerca de la ciudad de Seattle, antes de perder su trabajo.
«Una entidad gubernamental quería castigar a un individuo por una práctica religiosa breve, tranquila y personal», fundamentó el juez Neil Gorsuch. «La Constitución no ordena ni aprueba este tipo de discriminación», escribió en su alegato personal. Después de cada partido, el entrenador se arrodillaba para realizar una oración en medio del campo y se hacía acompañar por sus jugadores. Cuando efectuaba plegarias en el vestuario antes y después de los partidos.
En 2015, las autoridades de la escuela le pidieron que se abstuviera, citando un apartado de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que prohíbe al Estado y a sus empleados alentar el «establecimiento» de una religión, es decir, financiar o promover su práctica. Como se negó, no le renovaron su contrato. Luego emprendió acciones legales, basándose en otra disposición de la Primera Enmienda que garantiza la libertad de religión y expresión.
El fallo de 6-3 contra un distrito escolar del estado de Washington que suspendió al entrenador Joseph Kennedy refuerza un nuevo patrón judicial que favorece a los conservadores religiosos y una mayor mezcla de Iglesia y Estado. En general, la decisión reflejó la opinión de la mayoría conservadora de que las voces de los creyentes religiosos están siendo aplastadas. El juez Neil Gorsuch, al principio de su opinión para el tribunal, planteó su preocupación por la «censura y la supresión». Estos temores de la religión bajo asedio también han surgido en decisiones anteriores y en los discursos de algunos jueces fuera del estrado.
La sentencia de este lunes pone en peligro una serie de decisiones que se remontan a 1962 y que han prohibido el rezo oficial en las escuelas. El fallo también se produce menos de una semana después de que el mismo tribunal, dividido ideológicamente en 6-3, declarara que los estados que subvencionan la educación privada deben incluir las escuelas religiosas. En ambos casos, la mayoría puso énfasis en la garantía de «libre ejercicio» de la Primera Enmienda y minimizó su prohibición de «establecimiento de la religión» por parte del gobierno.
El abismo entre la derecha y la izquierda de este tribunal en los casos religiosos no ha hecho más que profundizarse desde 2020, cuando la jueza Amy Coney Barrett sucedió a la difunta jueza liberal Ruth Bader Ginsburg. La decisión de la semana pasada en un caso de Maine que exigía más financiación pública para las escuelas religiosas, escrita por el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, amplió fallos anteriores que dictaban que los fondos públicos se dirigieran a las escuelas de la iglesia.
Cuando Roberts rechazó la práctica del Estado de excluir a las escuelas religiosas de un programa de financiación, también hizo hincapié en los intereses del libre ejercicio por encima de las preocupaciones del establecimiento. «El Estado paga la matrícula de ciertos estudiantes en escuelas privadas, siempre y cuando las escuelas no sean religiosas. Eso es discriminación contra la religión», escribió. «El interés del Estado en la lucha contra el establecimiento no justifica la promulgación de leyes que excluyan a algunos miembros de la comunidad de un beneficio público generalmente disponible debido a su ejercicio religioso».
Estas dos disposiciones son regularmente objeto de disputas, pero la mayoría conservadora de la Corte Suprema, afianzada durante el mandato del magnate republicano Donald Trump (2017-2021), ha inclinado la balanza a favor de los círculos religiosos. En mayo, la corte había resuelto que el Ayuntamiento de Boston debería permitir a un grupo cristiano exhibir su bandera en el Consistorio. La semana pasada, dictaminó que el estado de Maine no podía excluir a las escuelas confesionales de un plan de ayuda pública.