Jueces holandeses inspeccionaron este miércoles los restos del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, plagados de impactos, en el marco del juicio a cuatro personas por su participación en la destrucción del avión sobre Ucrania en 2014.
Los restos se encuentran en un hangar de la base aérea de Gilze-Rijen, en el sur de los Países Bajos, donde podría reconstruirse parte del Boeing 777 utilizando, sobre todo, piezas de la parte delantera.
El juicio de tres rusos y un ucraniano acusados de asesinato y de haber participado deliberadamente en la tragedia se inició en marzo de 2020. Están siendo juzgados en ausencia.
«Somos conscientes de que esta visita a la reconstrucción del MH17 como parte del proceso penal oficial será muy emotiva para los familiares», dijo el juez presidente Hendrik Steenhuis.
«Se trata de la reconstrucción de un avión en el que sus seres queridos se dirigían a un destino al que nunca llegaron», añadió.
Los jueces inspeccionaron el exterior de los restos minuciosamente reconstruidos, todavía revestidos con la pintura blanca, roja y azul de Malaysia Airlines, y luego subieron a una escalera para examinar los daños en el interior del avión.
La fiscalía y la defensa también inspeccionaron los restos, que fueron transportados desde Ucrania en tren y avión hasta la base aérea holandesa.
El Boeing, que salió de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur el 17 de julio de 2014, había sido alcanzado en el aire por un misil BUK de diseño soviético, según los investigadores, sobre la zona del conflicto armado con los separatistas prorrusos en el este de Ucrania. Las 298 personas a bordo, entre ellas 196 holandeses, murieron.
El equipo internacional de investigadores, liderado por Holanda, estableció en mayo de 2018 que el avión había sido derribado por un misil BUK de la 53ª brigada antiaérea rusa con sede en la ciudad suroccidental de Kursk.
Oleg Poulatov, uno de los sospechosos, dijo en noviembre de 2020 que no había visto ninguna señal del tipo de misil que, según la fiscalía, se utilizó para derribar el avión.