El éxito de la Operación Neptuno, donde se logró la detención de 19 personas, entre ellos los principales cabecillas de la organización criminal Bagdad, es solo la primera de las operaciones que las autoridades de justicia plantean seguir adelante en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
El operativo reveló la infiltración del narcotráfico en las filas de la Policía Nacional. Un subteniente fue detenido por los delitos de Asociación Ilícita para Delinquir, al obtenerse indicios que el mismo posiblemente daba información sobre operativos. Además de crear retenes falsos para proteger a los cabecillas de esta asociación criminal y la ruta de la mercancía. En la lista podría haber hasta 50 policías involucrados. Todos trabajando al servicio de los barones de la droga en Panamá.
A su servicio también tenían pescadores encargados de vigilar el movimiento de los miembros del Servicio Aeronaval (Senan). Estaban en la isla San Miguel, en el archipiélago de Las Perlas; en Boca La Caja, en El Chorriillo: en Vacamonte y Puerto Caimito en Panamá Oeste. La vigilancia en las costas del pacífico panameño según ellos estaba asegurada. Pero no contaban con que la droga procedente de Colombia era seguida de manera minuciosa por la DEA desde que era puesta en el mar.
Los miembros de la banda suministraban combustible a las lanchas rápidas que venían de Colombia cargadas con droga, tenían la misión de brindar comida y demás provisiones incluso tenían la osadía de contar y dividir la droga en medio del mar para ingresarla en pequeñas cantidades al territorio panameño.
Una vez pasada la barrera del Senan, bajaban la carga y guardada en depósitos. Había que “enfriar la droga”, una manera de borrar el rastro para así despistar a la policía y a los enemigos.
Después de varios días e incluso semanas, iniciaba el viaje por carretera hasta Costa Rica, donde era entregada a otra célula criminal del hermano país.
Pero una fiesta en Playa Blanca los delató. Esa noche donde se reunieron todos los cabecillas de la banda, permitió a las autoridades de la fiscalía ir identificándolos uno a uno. Entonces se empieza a fortalecer la investigación y la teoría que mantenía el Ministerio Público. Que la organización criminal denominada Bagdad, se mantenía activa y aumentando su fuerza en Panamá.
Allanamientos, detenciones e incautaciones
La audiencia tardó 3 días. Desde el jueves 8 hasta la noche del sábado 10 de abril. Era una audiencia de alto perfil que requirió que al menos 150 oficiales de los equipos elite de Policía Nacional vigilaran las instalaciones del Sistema Penal Acusatorio. Entre amenazas de parte imputados y familiares, dos fiscales se enfrentaron a los miembros más altos de la organización criminal, que no solo se dedica al tráfico nacional e internacional de drogas, también a robo y hurto de vehículos, asociación ilícita, y con una fuerte vinculación en la incidencia de los homicidios.
Los imputados fueron capturados el miércoles 7 de abril. Esta fue la Operación Neptuno, donde se realizaron 33 allanamientos simultáneos en el centro de la ciudad y en la que participaron unos 350 agentes de la Policía y fiscales del Ministerio Público. 40 fincas, 24 autos, 4 blindados entre ellos y 120 mil dólares, son parte de lo incautado.
El juez Francisco Carpintero ordenó la detención provisional de 19 jefes de operación de la organización criminal Bagdad, vinculada al tráfico de drogas procedentes de Colombia y a 27 homicidios. Otra persona fue imputada de los delitos de posesión de drogas y posesión ilícita de arma de fuego, y se le impuso la prohibición de salida del país y la comparecencia periódica ante la autoridad.
La Fiscalía de Drogas informó que derivará a otras fiscalías del Ministerio Público a varios de los imputados que se encuentran además indiciados en investigaciones relacionadas con 27 homicidios cometidos en Panamá.