La crisis generada por la expansión de la pandemia a escala global y las medidas que se han aplicado para contenerla, han dejado graves secuelas en el mercado laboral. En 2020, se perdieron 255 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo, según el último reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Esta pérdida es aproximadamente cuatro veces mayor que la que provocó la crisis financiera mundial de 2009”, revela el organismo internacional en la séptima edición del Observatorio de la OIT: la COVID-19 y el mundo del trabajo.
Para la OIT, dicha pérdida de horas de trabajo obedece a la reducción de jornadas laborales, o a la disminución “sin precedentes” del nivel de ocupación, que afectó a 114 millones de personas el año pasado.
Estas pérdidas generalizadas provocaron una disminución de 8.3% de los ingresos provenientes del trabajo a escala mundial (antes de que aplicaran medidas de apoyo para garantizar los ingresos), o lo que es igual a 3.7 miles de millones de dólares o un 4.4% del producto interno bruto mundial.
Pese a este escenario, la OIT se muestra optimista y asegura que para 2021, en la mayoría de los países se producirá una recuperación relativamente sólida en el segundo semestre del año, una vez que los programas de vacunación comiencen a surtir efecto.