Maradona es leyenda, genio, rebelde, ídolo, visionario y el mejor de la cancha. Toda su vida estuvo vinculada al fútbol, aunque también fue presentador, comentarista, entrenador y hasta tuvo un poco de activista política.
El astro del fútbol, quien ganó el Mundial de 1986 con la selección argentina, nació el 30 de octubre de 1960 en Villa Fiorito.
Entre sus comentarios relacionados con Panamá, se destaca el que hizo en 2018, cuando la selección panameña clasificó al Mundial de Rusia.
«Panamá creo, que entra por la ventana. Con todo el respeto que me merecen los panameños”, declaró Maradona a la cadena TeleSUR.
Sus palabras fueron criticadas por los panameños, algunos otros lo repudiaron y otros tantos, la aceptaron como la verdad.
Así era Maradona, jocoso, ácido en sus comentarios, odiado y amado. En 2001, en su despedida en La Bombonera dio un discurso que todavía mantiene vigencia.
Dueño de la cancha y de piernas mágicas, dijo que el fútbol es el deporte más lindo y sano. Además, que «Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha».
Este fue un mensaje y lección de vida del 10 del Mundo, que falleció este miércoles 25 de noviembre a causa de un paro cardiorespiratorio en su casa en Buenos Aires, Argentina.
Maradona tenía 60 años de edad y se recuperaba de una operación en su cabeza que le habían realizado en los primeros días de noviembre. Tras la intervención quirúrgica, el argentino se trasladó hacia su casa en Buenos Aires, donde sufrió un edema agudo del pulmón e insuficiencia cardíaca que le provocó a muerte.
Por la muerte de Maradona, el gobierno argentino anunció se que se decretaría tres días de duelo nacional. Fue el quinto de los ocho hijos que Diego Maradona padre y Dalma Salvadora Franco, más conocida como Tota, tuvieron.
Su debut oficial fue el 20 de octubre de 1976.
Maradona fue máximo artillero de la liga italiana, goleador del torneo argentino y calificado como «el mejor de la historia», «el mejor del siglo», «el mejor de las copas del Mundo». Sus triunfos deportivos lo llevaron a ser embajador de la Unicef y la FIFA, reportan los medios internacionales.
De orígenes humildes, el Pelusa tiene grandes pasajes en el fútbol. En un partido de cuartos de final del Mundial de 1986 en México contra la selección de Inglaterra metió un gol, que perdura en la historia. Más tarde reconoció que fue con su cabeza, pero con la mano de Dios.
Toda su historia está llena de capítulos, pero en resumen es la de un niño humilde que por medio del deporte, triunfó.