Trump recurre al miedo para asegurar segundo mandato

El argumento al que recurrió el presidente Donald Trump para promover su reelección es conocido. Es poderoso, peligroso y de resultados incontrolables.

“En un discurso al cierre de la convención republicana pronunciado en la Casa Blanca, Trump pintó un retrato sombrío de la violencia en las ciudades gobernadas por demócratas y pobladas por votantes que se le oponen”, dijo este viernes el diario Los Angeles Times.

No hay que olvidar que la Convención Nacional Demócrata también usó el miedo como arma política, pero sin el impacto alcanzado por los republicanos. Trataron de aprovechar la antipatía que muchos sienten por Trump, usando advertencias amenazadoras sobre las consecuencias de su reelección, incluso el riesgo de impedir el acceso al voto o no aceptar un resultado adverso.

Durante la convención demócrata, el expresidente Barack Obama dijo que si fuera necesario, Trump socavaría los principios mismos de la democracia estadounidense con tal de ganar.

Los republicanos le arrebataron la iniciativa a sus adversarios al acusarlos de lo mismo que señalaron a Trump. «Los demócratas quieren destruir este país y todo aquello que apreciamos y por lo que hemos luchado. Quieren robarnos la libertad», dijo durante el desarrollo de la convención Kimberly Guilfoyle novia del hijo del presidente, Donald Trump Jr.

Los estrategas republicanos han hecho suyos los miedos y temores de los estadounidenses, apoyándose fuertemente en la idea de que la nación está en peligro de caer en las garras de turbas violentas que incendian y saquean ciudades.

En un análisis sobre la Convención Nacional Republicana, el LATimes sostuvo que aunque las descripciones no coincidieron con la realidad en el terreno, Trump se presentó como la última esperanza para impedir que la anarquía se apodere de los suburbios, precisamente las zonas donde tiene que contener la marea que se vuelve contra su Partido Republicano.

En su discurso ante la convención, Trump no mencionó a los estadounidenses negros muertos por la policía. En cambio, aprovechó algunas imágenes de las protestas para pintar un panorama de ciudades presas de la violencia. “Nadie estará a salvo en el Estados Unidos de Biden”.

“Sus votos decidirán si protegemos a los estadunidenses respetuosos de la ley o si damos rienda suelta a anarquistas violentos, agitadores y criminales que amenazan a nuestros ciudadanos”, declaró Trump.  Añadió que el “American way of life” es lo que está en juego en su contienda con el demócrata Joe Biden.

“El miedo es un arma utilizada por los políticos desde hace mucho porque en parte es eficaz. Richard Nixon, quien basó su campaña para la presidencia en 1968 con el mensaje de restaurar “la ley y el orden”, dijo una vez: “La gente reacciona al miedo, no al amor. No es lo que te enseñan los domingos en la iglesia, pero es verdad”, comentó el LATimes.

El verdadero blanco de la campaña de miedo es el votante republicano que podría considerar al demócrata moderado Biden una alternativa viable.

Trump aplicó ese criterio en la campaña de 2016: recorrió el país advirtiendo que una ola de inmigrantes se quedaría con todos los empleos, violarían y asesinarían a los ciudadanos y cambiarían la trama de la sociedad estadounidense. En su discurso al aceptar la candidatura republicana, trazó un cuadro sombrío de la situación y prometió que “la delincuencia y la violencia pronto llegarán a su fin”.

Baño de masas en la Casa Blanca

El “virus chino”, como lo llama Trump  al referirse al covid-19, le impidió celebrar en Carolina del Norte la convención en la que el Partido Republicano lo proclamaría candidato presidencial. Se llevó el acto a Florida, donde un gobernador amigo sería el anfitrión. A última hora las cifras récord de contagios lo obligó a cancelarlo.

La realidad de la pandemia, sin embargo, no fue un inconveniente para que Trump se diera el baño de masas que ansiaba.

La noche del jueves último, que pasará a los libros de historia, según reseñó el diario catalán La Vanguardia,  Trump convirtió la Casa Blanca en el grandioso escenario de la última jornada de la convención republicana.

Y, como si la pandemia fuera una cosa del pasado, unos 1,500 seguidores del mandatario se apiñaron en sillas sin respetar la distancia social de seguridad para escucharlo. “El candidato del pueblo” lo había llamado su hija Ivanka, asesora de la Casa Blanca, al introducir el discurso de su padre que se prolongarían 71 minutos.

El rotativo dijo que Trump borró toda separación entre la presidencia y la campaña electoral al dar en la Casa Blanca un enardecido discurso en el que acusó a los demócratas de haber “traicionado a nuestro país” con guerras interminables y componendas económicas con adversarios como China.

Biden no avanza en encuestas 

De acuerdo a los datos de audiencia televisiva calculada por Nielsen, el discurso de Biden de aceptación de la candidatura presidencial demócrata fue seguido por 23.6 millones de estadunidenses. Mientras que Trump atrajo a 21.6 millones.

Lo que cuenta es lo que ocurra en noviembre y la convención republicana fue una gran oportunidad de Trump para relanzar su campaña. Lo habitual es que los candidatos consigan un rebote en las encuestas después de esos actos.

Biden no lo logró. Mantiene una ventaja de siete puntos sobre Trump en la encuesta de opinión nacional realizada este fin de semana, una ventaja similar a la que tenía Biden antes de la convención de su partido.

Una explicación es que parece haber menos votantes indecisos en el 2020. Aproximadamente el 14% de los votantes registrados no apoyó a ninguno de los candidatos de los principales partidos en la última encuesta, frente al 22% que estaba igualmente indeciso hace cuatro años. Los indecisos en estas elecciones han bajado en ocho puntos porcentuales.

La encuesta también refleja que si bien Biden mejoró su posición durante el último mes entre los afroamericanos, Trump se ha comido la ventaja de Biden en la periferia de las ciudades. Ha estado atacando a Biden pintándolo como una amenaza para el sueño del estilo de vida suburbano.

La ventaja de Biden sobre Trump entre los afroamericanos aumentó en seis puntos porcentuales de julio a agosto, después de que nombró a Kamala Harris como su compañera de ticket electoral, convirtiéndola en la primera mujer negra nominada por un partido importante a la vicepresidencia.

Es más probable que los votantes registrados consideren a Biden como el candidato más fuerte cuando se trata de lidiar con el coronavirus y restaurar la confianza en el gobierno, mientras que prefieren a Trump para relanzar la economía.

Fortaleza de Trump 

Es allí donde está una de las fortalezas de Trump. The New York Times se preguntaba este sábado: “¿Por qué Trump todavía obtiene en las encuestas cifras más altas en el sector económico que las que tenían sus predecesores Barack Obama, George W. Bush y George H.W. Bush cuando buscaron la reelección?”.

La relativa fortaleza de Trump en el tema de la economía y la interrogante sobre si  Biden podrá incidir en ese aspecto durante las próximas 10 semanas son algunos de los factores cruciales en estados pendulares, del centro del país,  que se espera decidan las elecciones.

El mandatario ha construido una marca perdurable, en particular entre los electores conservadores, quienes todavía lo consideran como un empresario exitoso y un negociador hábil. Muchos de esos votantes elogian su manejo de la economía antes de que estallara la pandemia y no lo culpan por los daños que ha causado el coronavirus.

Sondeos realizados en junio, julio y agosto a solicitud de The New York Times por la empresa de investigación en línea SurveyMonkey,  revelaron hasta qué grado los republicanos, incluso los más afectados por la crisis, todavía le dan calificaciones altas a Trump y a su manejo de la economía.

“Para muchísimos electores, su opinión sobre Trump básicamente es inamovible”, explicó Amy Walter, editora nacional del Reporte Político Cook en Washington, experta en economía y el proceso electoral republicano.

La realidad es que apenas el 23% de los estadounidenses considera que el país se encamina en la dirección correcta, mientras el 75% piensa lo contrario, según una encuesta reciente de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.

“Trump es experto en convencer a la gente de su realidad alternativa”, opinó Jared Bernstein, economista del Centro de Prioridades de Presupuesto y Política y asesor externo de Biden. La esperanza demócrata es que “la telerrealidad choque con la realidad”.

Trump y Biden ya son los candidatos oficiales y confirmados. Habrá ahora tres debates entre los candidatos a la presidencia: el 29 de septiembre en Cleveland, el 15 de octubre en Miami, y el 22 de octubre en Nashville. Las elecciones serán el 3 de noviembre.

 

 

 

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