La afectación al fomento de la Inversión Extranjera Directa por la crisis sanitaria.

Para el mes de diciembre 2019, algunos medios internacionales reportaban el incremento de la Inversión Extranjera Directa en Panamá, posicionándole de primero en la región, seguido de Costa Rica.

¿En qué consiste la Inversión Extranjera Directa (IED)?

Podemos considerarla como una inyección de capital, para la movilización y flujo de bienes y servicios, proveniente de inversionistas extranjeros, lo que en nuestros países de renta media coadyuva directamente en la generación de plazas de empleos que a su vez masifica las oportunidades de la clase profesional y trabajadora de obtener mejores ingresos, impulsando el flujo de capital.

La IED sin duda debe ir acompañada de un sistema jurídico estable que regule la actividad comercial, promoviendo la participación de empresas extranjeras en el ciclo económico del Estado, de forma armónica, entendiendo que el proporcionar seguridad jurídica, promueve el interés en la inversión.

El establecimiento de empresas trasnacionales, como un mecanismo de IED, lleva inserto varios factores como la legalización a través de las Instituciones correspondientes, la generación de plazas de trabajo tanto para nacionales como para extranjeros, un punto fundamental, toda vez que se generan movimientos migratorios interesantes, que a nivel de la región aun no tenemos regulados, como se hace en otras latitudes, donde se establecen los procedimientos para recepción de trabajadores de acuerdo a su especialización, asimismo asegurando que la movilización de los nacionales del país emisor de trabajadores hacia el Estado receptor pueda realizarse con la mayor certeza jurídica y respeto a los derechos de éstos.

Por otro lado, la apertura de nuestros mercados en Centroamérica a la IED, si bien aumenta las posibilidades de mejorar la economía local, también permite la interacción tecnológica de las sociedades, permeando en mayores oportunidades de desarrollo social y estructural.

De acuerdo al último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), el Estado Panameño a 2019 mantenía un aumento a 53.9 millones de dólares en la IED, incluyendo como parte del informe a los bancos de licencia general, bancos de licencia internacional, las empresas de zona libre de Colón y otras empresas.

Como Estado hemos avanzado en el establecimiento de mecanismos dados a la IED y, una muestra es el establecimiento de la Zona Económica Especial Panamá Pacífico, proyecto que permite la interacción de trescientos ocho (308) empresas, según informe publicado en su página a diciembre 2019.

Actualmente, se tiene previsto un Proyecto de Ley, que tiene como intención equiparar las condiciones que se desarrollan en la Zona Económica Especial Panamá Pacífico, pero en la región de Azuero, a través del fomento de una Zona Agroindustrial que coadyuve en el crecimiento y desarrollo de la región.

Ahora bien, la pandemia nos crea mucha incertidumbre económica y jurídica, al encontrarnos en un Estado de Emergencia que cambia las reglas del juego en cuanto a los mecanismos de inversión, entendiendo que los recursos que en su momento se solicitaron a través de empréstitos internacionales para el fomento de la inversión, están siendo utilizados para el manejo de la crisis sanitaria, a través de procedimiento excepcional de contratación pública, según lo contempla la Ley.

Lo que nos obliga a preguntarnos ¿Cómo influirá en el desarrollo económico del Estado Panameño, la redistribución de esos presupuestos?

El propio confinamiento que ha generado la pandemia, propugna en la poca movilización de flujos económicos, toda vez que al ser un Estado que tiene como principales áreas de base económicas el servicio y la construcción y, estas encontrarse cerradas, se estima un decrecimiento, según Banco Mundial, de un 2% para el 2020.

En el último informe de la CEPAL, se ha puesto de manifiesto que sin duda la acumulación de la deuda pública en los últimos años, ha provocado que las economías en América Latina, sean visiblemente más afectadas.

Por otro lado, este organismo ha señalado que la crisis sanitaria, afecta las cadenas de suministros, lo que coadyuva en la reducción de posibilidades de los Estados prestatarios de generar los pagos correspondientes.

Es decir, que los Estados asumieron empréstitos con la finalidad de focalizar estos recursos en aspectos como: la generación de nuevas tecnologías, capital humano y desarrollo estructural a través del mejoramiento de esquemas de fomento económico y, con la crisis sanitaria, los procesos no solo se han visto suspendidos en muchos países, sino que dichos recursos han sido redirigidos, lo que profundizará mayormente la pobreza,  por lo que “La CEPAL proyecta una contracción de la actividad del 5,3% y casi 30 millones más de pobres” en la región.

La autora es abogada.

 

 

 

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