Los ojos del mundo se posaron la tarde del sábado 30 de mayo en Cabo Cañaveral. Al igual que el miércoles 27 de mayo cuando el mal tiempo impidió el lanzamiento, millones de personas de todo el planeta se detuvieron por unos minutos para contemplar el lanzamiento de la cápsula Crew Dragon, que despegó sobre un cohete Falcon 9 desde el Centro Espacial Kennedy, ubicado unos 300 km al norte de Miami.
Dentro de la cápsula viajan dos astronautas: Bob Behnken y Doug Hurley, astronautas de la NASA, quienes según un reporte de la BBC, en su viaje «probarán el sistema de control ambiental de la Crew Dragon, los monitores y controles y los propulsores para maniobrar.
También, «monitorearán el sistema autónomo de acoplamiento durante la aproximación a la estación espacial, además que pasarán a ser parte de los astroanutas de la Estación Espacial Internacional. En teoría, el Crew Dragon de SpaceX les servirá como taxi para llegar a la instalación espacial.
Desde allí, los astronautas continuarán realizando pruebas en la Crew Dragon además de otras tareas relacionadas con la estación espacial.
Pero el punto más importante de este lanzamiento, es que el éxito de esta misión marca una nueva era en los vuelos comerciales, los que podrían llegar hasta el espacio.
SpaceX ganó, junto a Boeing, en 2014 el contrato de la NASA para el transporte de tripulantes. Es una empresa estadounidense que ofrece servicios de lanzamiento comerciales y públicos en sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy.
En 2002, Elon Musk fundó la compañía buscando reducir los costos del transporte espacial y colonizar Marte
SpaceX fue la primera empresa privada en hacer regresar cohetes a la Tierra con energía de propulsión para que puedan volver a ser usados en lugar de ser desechados.
Ha realizado envíos de mercancía a la EEI regularmente y ahora intentará iniciar el transporte de astronautas.