En momentos en que disfrutaba de mi desayuno, veo sobre la mesa mi frasco de vitaminas, aquel recomendado para las personas de mi edad (Adults 50+) y releo un sticker impreso que anuncia: «Verified Non-GMO «, el cual resalta esa característica como un valor agregado. Me pregunto: ¿por qué una gran empresa como esta se preocupa por destacar este punto?… Esto confirma mi teoría de que la tendencia del mundo va hacia tener un mayor cuidado con lo que ponemos en nuestra boca y, sobre todo, lo que en un momento dado podría hacer la diferencia en nuestra salud.

Hablemos un poco de qué son los GMO (sus siglas en inglés para Organismos Modificados Genéticamente) también conocidos como productos de bioingeniería, que no son más que seres vivos, cuyo código genético (ADN) ha sido «alterado» para incrementar su manera de crecer, su aspecto o su sabor. Básicamente son productos comestibles como algunos granos tales como el maíz, peces como el salmón o animales de granja ya sea ganado vacuno, caprino, porcino y avícola cuyos alimentos podrían contener granos genéticamente modificados.

Varios estudios de prestigiosas entidades europeas y norteamericanas han demostrado que los alimentos genéticamente modificados podrían presentar riesgos para la salud; esto se debe a que al ser más resistentes a pesticidas, herbicidas y fungicidas químicos, los productores tienen que utilizar mayor cantidad de estos, por ende se adhiere mayor cantidad de residuos a los alimentos, que luego terminan en nuestra mesa.

Peligro latente en los herbicidas.

Como he mencionado en un artículo anterior relacionado con temas orgánicos, los herbicidas son reconocidos como amenaza para la salud, puesto que contienen glifosato, el cual inicialmente se creía que no representaba una amenaza para la salud, el tiempo demostró lo contrario, hoy en día existen investigaciones de todo el mundo que prueban que esta sustancia química se acumula en nuestros cuerpos y así incrementa los riesgos de cáncer tipo leucemia y linfoma.

Hace unos meses, dos vecinos tuvieron diversos síntomas relacionados con herbicidas, uno presento un cuadro psicótico, con síntomas de dolor de garganta, falta de sueño, malestar estomacal, erupciones en la piel, días antes había estado regando su plantación con glifosato; el otro presentó síntomas similares, ¿sería una coincidencia? … ¡No creo!

¿Debo cuidarme de los ultraprocesados?
Los OGM suelen estar presentes en estos, tengamos claro que la mayoría de las marcas de alimentos ultraprocesados contienen granos y otros ingredientes procedentes de granos o productos genéticamente modificados, sin embargo, solemos creer que un alimento está libre de OGM, solo porque está etiquetado como «natural».

¿Puedo controlar el consumo de los OGM?

Difícil pero no imposible, todo inicia con educarse al respecto, siempre leer las etiquetas, crear mayor conciencia en el hogar y poco a poco reducir el consumo de productos OGM por muy tentadores que se puedan presentar.

Nunca está de más ser precavido.

En las publicaciones en las redes sociales se resta importancia a los peligros de los OGM, pero esto no significa que debemos ignorar las advertencias sobre ellos, y que dejemos de ser cautelosos con los herbicidas en nuestra cadena alimentaria o en nuestro jardín. Los OGM se pueden encontrar en muchos alimentos que se consumen en nuestro país, recuerde que se utilizan para elaborar alimentos ultraprocesados y alimentos para animales, de hecho es muy difícil en nuestros agropecuarias en Panamá encontrar maíz para sembrar qué no sea híbrido o OGM.

A nuestros 50’s debemos evitar por completo los OGM e irnos inclinando hacia los alimentos orgánicos certificados siempre que nos sea posible, recuerda que tu salud no tiene precio.