En una significativa escalada del conflicto en Oriente Medio, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han llevado a cabo una operación aérea a gran escala contra objetivos hutíes en Yemen este domingo 29 de septiembre de 2024. Esta acción marca una expansión geográfica de las hostilidades, que hasta ahora se habían concentrado principalmente en Gaza y el sur del Líbano.
Según un comunicado oficial de las FDI, decenas de aviones de combate israelíes, con apoyo de aeronaves de reabastecimiento y espionaje, atacaron infraestructuras militares clave en las regiones de Ras Issa y Hodeida, a unos 1.800 kilómetros de las fronteras israelíes. Los objetivos incluyeron centrales eléctricas y un puerto marítimo utilizado para la importación de petróleo.
El ejército israelí justificó la operación como una respuesta a los recientes ataques de los hutíes contra Israel, incluyendo el lanzamiento de misiles de largo alcance desde territorio yemení. Las FDI acusan a los hutíes de actuar «bajo la dirección y financiación de Irán» y en colaboración con milicias iraquíes para desestabilizar la región.
Consecuencias inmediatas
Los ataques han provocado cortes de energía en gran parte de las ciudades afectadas, según informes de residentes locales. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanaani, condenó los ataques, señalando que se dirigieron contra una planta de energía y tanques de combustible.
Esta operación se produce en un momento de creciente tensión en la región. Los hutíes han lanzado repetidamente misiles y drones contra Israel desde el inicio de la guerra de Gaza el 7 de octubre del año anterior, en lo que describen como una muestra de solidaridad con Palestina.
El sábado anterior al ataque, los hutíes afirmaron haber lanzado un misil balístico hacia el aeropuerto Ben Gurion, cerca de Tel Aviv, supuestamente dirigido al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Israel reportó haber interceptado este misil.
El primer ministro Netanyahu, en una declaración reciente, advirtió que «se avecinan días difíciles» y que el «trabajo de Israel todavía no ha terminado». Estas palabras sugieren una posible continuación o incluso intensificación de las operaciones militares israelíes en la región.
Por su parte, las FDI han reiterado su determinación de «seguir actuando contra cualquiera que represente una amenaza para los ciudadanos del Estado de Israel, a cualquier distancia que sea necesaria».
Implicaciones regionales
Este ataque representa una significativa expansión del conflicto y podría tener serias implicaciones para la estabilidad regional. La participación directa de Israel en Yemen añade una nueva dimensión a las tensiones existentes y podría provocar una escalada más amplia que involucre a otros actores regionales.
La situación sigue siendo volátil, y la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos en Oriente Medio. La expansión del conflicto a Yemen plantea nuevos desafíos para los esfuerzos diplomáticos y de resolución de conflictos en la región.