Draymond Green no es precisamente el jugador más querido de la NBA. A diferencia de un antecesor, Denis Rodman, quien era un defensor férreo y en ocasiones, bastante sucio, «el gusano» nunca tuvo la fama de «destructor despiadado» de sus compañeros de profesión.
Por el contrario, Green se ha granjeado una no muy buena fama de «malvado», un adjetivo que lo define posiblemente mejor que cualquier otro que pueda considerarse para el ala pivót de 33 años, y que es uno de los tres grandes jugadores de Golden State Warriors durante más de un lustro.
La NBA suspendió indefinidamente a Green luego de golpear en el rostro al centro de los Phoenix Suns, Jusuf Nurkic, en una acción del martes de esta semana. En una acción en el costado defensivo de los Suns, Nurkic asedia por detrás a Green, tratando de evitar que reciba el balón. El bosnio sujeta al estadounidense en la cadera derecha y éste da un giro fuerte de 180 grados con las manos abiertas, golpea al europeo en el rostro, cayendo sobre el tabloncillo.
Draymond Green vio su tercera expulsión de esta temporada y una suspensión indefinida. Venía de cumplir cinco juegos de suspensión hace un mes, por casi estrangular al centro francés del Utah Jazz, Rudy Gobert.
En su comunicado, la NBA señaló que la sanción al jugador tiene que ver con «su historial repetido de actos antideportivos», condicionando su regreso a la cancha al cumplimiento de «ciertas condiciones» exigidas tanto por la liga como por su equipo.
En este punto, cabe preguntarse si Draymond Green es una especie de díscolo, indisciplinado «consciente», o un ser ingobernable dentro de una cancha de baloncesto.
Sin contar aquel incidente con Jordan Poole, del que después ambos restaron importancia porque ocurrió en un entrenamiento, el controversial jugador lidia ahora con la situación disciplinaria más dura de su carrera, en un punto donde el equipo necesita a su hombre grande para al menos mostrar una cara más decorosa ante sus rivales.
Con 33 años de edad y más de una década como jugador, Green acumula 171 faltas técnicas en su carrera, 20 de las cuales han sido sancionadas como faltas flagrantes; además, 27 han sido sancionadas en la postemporada. Su incidente contra el pivót de los Kings de Sacramento, Domandas Sabonis, significó su primera expulsión en los playoffs.
Cabe destacar que Green acumula en la fase regular 19 expulsiones, y es el segundo en este negativo renglón de envíos al camerino a raíz de sus conductas anti deportivas, solo superado por Rasheed Wallace, de los Pistons de Detroit.
Hay opiniones que colocan al jugador en la categoría de «misántropo», es decir, alguien a quien no le gusta estar con otras personas. Esas opiniones lo llevan al plano del «odio» hacia los europeos, específicamente.
Domantas Sabonis no es europeo, pues nació en Portland, Oregon, cuando su padre, Arvidas Sabonis era en centro estelar de los Trail Blazers; sin embargo, Green lo pisó sobre el pecho en un partido de play off de la Conferencia Oeste de la NBA. Solo le dieron un juego de suspensión.
Rudy Gobert, pivót de la selección francesa y de los Timberwolves de Minnesota, fue casi estrangulado por Green en un partido del pasado 15 de noviembre. Ahora Nirkic, jugador nacido en Bosnia, fue la nueva víctima del jugador estadounidense. En ninguna de las tres últimas expulsiones, ofreció disculpas a los jugadores, a su club o al otro equipo.