Expertos económicos han destacado las «sólidas» perspectivas económicas que tiene Brasil a corto plazo, pero han advertido de la necesidad de estar atentos al avance de sus ideas «más izquierdistas», que podrían pesar sobre el actual anclaje fiscal del país y aumentar su riesgo fiscal.
Así, en opinión de Mabrouk Chetouane y Nicolas Malagardis, estrategas globales de mercado de Natixis IM Solutions, el «estrecho» margen de victoria de Lula -de menos de dos puntos porcentuales- le dificultará aplicar sus medidas más hostiles en relación al mercado.
Sin embargo, consideran que el buen historial de Lula en materia de política económica y el hecho de contar con un vicepresidente electo «favorable a las empresas» deberían ser bienvenidos por los mercados financieros.
A su favor juegan también la evolución de la inflación, que ha tocado techo en abril, un superávit por cuenta corriente o una deuda pública que casi ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia. Con todo, los expertos de Natixis han puesto el foco en su idea de avanzar en la eliminación del tope de gasto, que «sin duda» afectaría a la política fiscal brasileña.
«Lula tiene difícil repetir su éxito económico pasado», han mencionado los expertos. Durante sus dos primeros mandatos, en 2002-2006 y 2006-2010, el MSCI Brasil -el principal índice bursátil del país carioca- se disparó un 562% y un 91%, respectivamente, mientras que el real brasileño se fortaleció un 510% frente al dólar estadounidense durante esos ocho años.
En relación a este crecimiento, los expertos han recordado que el contexto internacional era muy distinto al actual, ya que el auge de las materias primas y el gran diferencial de tipos de interés experimentado entonces le permitieron atraer capital extranjero y gastar fuertemente en programas de bienestar, que impulsaron el PIB per cápita y redujeron el desempleo a la mitad y la pobreza general. «En un momento como el actual, en el que las perspectivas económicas mundiales no son tan alentadoras, tendrá difícil repetir este éxito».
LÍNEAS MICROECONÓMICAS SIN GRANDES CAMBIOS
Por su parte, Fitch Ratings, en un webinar titulado ‘Puntos de interés postelectorales para Petrobras’, ha señalado que todavía se desconocen las líneas principales de la política económica de Lula da Silva y, aunque la economía brasileña va «mejor de lo esperado», el contexto va a ser muy difícil en el próximo año.
En lo que se refiere a Petrobras, la principal compañía petrolera del país, los expertos han apuntado a que los cambios vendrán cuando se conozca quiénes ocupan el consejo directivo, en donde el Gobierno Federal puede incluir nuevos nombres.
Sobre esta cuestión se ha manifestado el codirector de Fitch Ratings en la delegación de América, Todd Martínez, que, si bien ha señalado que «no habrá cambios materiales en la empresa», la línea de actuación podría cambiar mucho en función de quien ocupe los puestos directivos.
«Sabemos que Lula no está a favor de privatizar Petrobras pero todavía no conocemos su línea económica con claridad. Promete prudencia fiscal al mismo tiempo que busca aumentar el gasto social, veremos como gestiona este asunto», ha explicado el director sénior de Fitch, Saverio Minervini.
Además, Minervini ha considerado que «existe poca justificación económica para intervenir en Petrobras», pero hacerlo genera «beneficios políticos considerables», como la creación de empleos y la influencia en las políticas públicas».
EL FMI ALERTA SOBRE UNA RALENTIZACIÓN DEL CRECIMIENTO
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado esta semana de una caída en el crecimiento de los países de Latinoamérica, con Brasil en una tasa del 2,8% para el próximo año 2023.
En su informe ‘Perspectivas para las Américas: Navegando condiciones financieras más restrictivas’, aclara que la potencia brasileña crecerá por debajo del 3%, al igual que otros países como Chile o Colombia.
Entre otros, esta ralentización estará causada por una inflación «persistente» a nivel global. «La situación será muy desafiante», ha advertido el director interino del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Nigel Chalk.