Las conversaciones en las que la Iglesia Católica panameña ejerce como mediadora, tratará de lograr avances en los temas relacionados con la transparencia y la corrupción gubernamental, dejando para discusiones posteriores asuntos como el de la Caja de Seguro Social y la regulación de la tarifa eléctrica.
Este miércoles, el sindicato de trabajadores de la construcción (Suntracs) realizó cierres de calles en distintos puntos de la capital y el interior del país, aduciendo que no se ha cumplido con el congelamiento de precios en 76 productos de la canasta básica de alimentos, y tampoco se está dando el combustible subsidiado a precio único de $3.25 dólares.
El líder de este sindicato de tendencia izquierdista, Saúl Méndez, aseguró que existe resistencia de los grupos empresariales (que no han participado en la mesa hasta el momento), a asumir las decisiones adoptadas sobre la canasta básica, y más recientemente, con la rebaja del 30% en el costo de 170 medicamentos.
Según Méndez, en el renglón de los medicamentos no se da una respuesta al alto costo que tienen las medicinas en Panamá, porque se deja por fuera de toda regulación a los distribuidores, «cuyos márgenes de ganancias son astronómicos».
Mientras tanto, el Consejo Nacional de la Concertación dijo en un comunicado que pedirá a los facilitadores de la mesa del diálogo, que la misma se traslade a la ciudad capital, cuando se inicie la segunda etapa de conversaciones.
Al respecto, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada, Rubén Castillo, aseguró que el pedido responde a que los sectores empresariales y de inversionistas no pueden acatar decisiones en las que no se les ha escuchado, ni tomado en cuenta sus opiniones.
Castillo afirmó que no se trata de que haya un diálogo paralelo al de la mesa que se desarrolla en Penonomé, «sino un diálogo en donde todos los que tenemos que hacer aportes, y a quienes nos afectan decisiones en las que no hemos participado y por ende, no avalamos, tengamos participación y podamos exponer nuestra posición».