Trump, arrebato y miedo en su declaración sobre Panamá

Las declaraciones del aún no presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con relación a la «propiedad» de su país del Canal de Panamá, han levantado una ola de críticas que van desde la reacción directa del presidente de la República, José Raúl Mulino, pasando por la de ex presidentes panameños, presidentes en funciones de diferentes países del continente, líderes sociales, políticos y económicos alrededor del mundo.

Todo el barrullo armado por el republicano tomará el poder político estadounidense el 20 de enero del año entrante tiene que ver con la cada vez más creciente presencia de China en América Latina, y de manera especial, en Panamá. ¿Lo será? Veamos un poco la historia

En junio del año 2017, durante la administración del presidente Juan Carlos Varela, Panamá comenzó un giro radical con relación a sus nexos con China. El gobierno de Varela cerró un largo ciclo diplomático con Taiwan, un importante aliado estratégico y económico de Estados Unidos, e inició una relación diplomática con China.

Esto, sin dudas, incomodó al entonces presidente de los Estados Unidos; casualmente, Donald Trump, quien por aquellos años impuso como forma de gobierno su agenda «First America» (América primero). La decisión del gobierno de Varela no agrado a Trump.

Durante los últimos años, la República de China ha ido desarrollando una agresiva política económica, no solo en América Latina en general, sino en Panamá en particular, en medio de lo que muchos expertos señalaban como una inexplicable «inacción estadounidense» al respecto.

En su página electrónica, BBC New Mundo publicó en mayo de 2023 un reporte analizando el significado del acercamiento chino a Panamá, siendo uno de sus aliados claves en América Latina. Veamos.

La nota indicaba que mientras países latinoamericanos como Chile, Costa Rica, Perú y Ecuador mantienen acuerdos de libre comercio con China, tanto Uruguay como Panamá buscaban darle nuevos impulsos a esas relaciones; mientras tanto, Estados Unidos descartaba nuevos acuerdos económicos, y la Unión Europea no había ratificado el acuerdo de libre comercio con el Mercosur (del que Panamá se convirtió en Estado Asociado a principios de este mes de diciembre).

Veamos otros puntos. Si bien Estados Unidos es el principal socio estratégico y mayor usuario del Canal de Panamá, China es hoy el segundo mayor usuario de la vía acuática. Además, de acuerdo con Global Affairs, China es el mayor proveedor de la Zona Libre de Colón.

Por otra parte, China tiene bajo su control los puertos de Balboa, en el Pacífico y Cristóbal en el Atlántico, y la próxima construcción del cuarto puente sobre el Canal de Panamá, proyecto que lideran las empresas China Communications Construction Company LTD y China Harbour Engineering Company LTD.

Y hay más, porque unas 40 empresas chinas están ya presentes en Panamá en los sectores financieros, logísticos y de telecomunicaciones; en este último renglón, muchas han abierto centros de distribución en la Zona Libre de Colon, acogiéndose a una ley de régimen especial.

A pesar de todo esto, Panamá no ha dejado de afirmar que Estados Unidos es su principal socio y aliado estratégico. Cada presidente en las últimas cuatro administraciones presidenciales, incluyendo la de José Raúl Mulino, han enfatizado ratificado esta premisa.

Entonces, ¿por qué Trump lanza estas expresiones amenazantes contra un país que ha sido consistente en su posición frente a los Estados Unidos? ¿A qué o a quién le tiene miedo? O simplemente, usa esa forma de intimidación para tratar de justificar su próxima política hacia América Latina.

Luego de la respuesta del presidente Mulino, el aún no presidente estadounidense contestó en su cuenta X: «Ya lo veremos». A él, se unió el empresario y próximo miembro del gobierno de Trump, Elon Musk, posteó un mensaje que más bien parece una amenaza de ataque armado: «Panamá será tan ilumunado».

A todo esto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, expresó su respaldo a Panamá, y a los Tratados Torrijos-Carter, firmado con los Estados Unidos. «Esperamos el más pleno e irrestricto cumplimiento de los acuerdos firmados, aprobados y en vigencia entre los dos países».

Queda entonces ver el curso de los acontecimientos. Y esperar que el amenazante Trump recuerde que aún enfrenta cargos criminales por falsificación de documentos comerciales, y que un juez le negó la inmunidad judicial en un caso donde fue declarado culpable y está en espera de sentencia; e incluso, no tomar el juramento presidencial. Como bien se ha dicho: «Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra».

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