Solo vivir por un empleo en el gobierno

Una de las interrogantes más difíciles de entender es nuestra aspiración nacional a conseguir un empleo en el gobierno. Parte de nuestra desordenada vida política y la corrupción galopante es esa aspiración nacional por trabajar en el gobierno.

Desde representantes, alcaldes, diputados y partidos políticos funcionan paralelamente con los procesos electorales a convertirse en generadores de empleos públicos. Esto no es tema de políticos. Es un tema de la sociedad y sus aspiraciones. A dónde ve su futuro y su estabilidad económica.  Es un mal protagonizado tanto por titulados como ciudadanos sin educación.

Y la presión hacia el Estado es cada vez mayor. Es como si la población no encuentra, ni visualiza otro tipo de vida, propuesta, interés al que le garantice un cargo público. Vegeta gente brillante en el gobierno como gente que no aporta nada al país.  Esto solo tiene una explicación cultural.  Y será muy difícil de romper si aspiramos a mejores días como país.

Si el país se mercadea como un país con oportunidades la pregunta es porqué los panameños no vemos y explotamos esas oportunidades e invitamos a otros en el exterior esperanzados en los empleos. Si en más de cien años de vida republicana no somos capaces de explotar nuestros propios recursos y ventajas comparativas, algo nos ha salido extraordinariamente mal.

Tenemos unas extraordinarias y envidiable posición geográfica, dos mares, tierras baldías.  Hoy discutimos regalías e impuestos de quienes explotan esos recursos. Nadie se pregunta por qué no somos nosotros y si otros. Entregamos minas de cobre de nivel mundial para luego mendigar lo que nos quieran dar.

El espíritu emprendedor de grandes proyectos es inexistente en nuestro país. Somos expertos creando leyes para promover nuestros recursos y ventajas para otros. Y nosotros permanecemos con los brazos cruzados sin ningún interés por asumir los riesgos y emprender grandes proyectos. Ya ni sueños como país tenemos.

Vivimos de pesadillas en pesadillas. Hay una urgente necesidad de cambiar el chip mental y desarrollar nuestras propias capacidades para los proyectos que el país necesita.  Sin cambio de chip mental poco futuro tenemos. Pretender poner nuestras aspiraciones de vida en un empleo gubernamental como si fuese lo único que vale la pena es enterrarnos en el fracaso. Que desagradable resulta la realidad nuestra donde hay cierres de calles y manifestaciones reclamando un cargo en el gobierno por haber participado en un torneo electoral. Solo en Panamá.

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