«Es obvio que ahora las discusiones tienen que ser al más alto nivel. Entrar en la UE necesita de un proceso y este se decide al más alto nivel y es cosa de los líderes de la UE estudiar la cuestión», ha asegurado el portavoz principal de la Comisión, Eric Mamer, en rueda de prensa desde Bruselas.
La semana que viene los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se reúnen en una cumbre informal en Versalles en la que la adhesión de Ucrania no está todavía en la agenda oficial pero puede acabar centrando toda la atención, puesto que es la primera vez que se reúnen los líderes desde que Kiev solicitó formalmente su ingreso.
Aunque Bruselas tiene que dar su opinión sobre si se dan las condiciones para lanzar el proceso de adhesión, esto se hace por encargo de los Veintisiete, responsables de dar el primer visto bueno para arrancar el proceso de entrada de un tercer país.
Esta misma mañana de viaje en Rumanía, la líder del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha indicado que tras la solicitud de Kiev el «proceso está en marcha» y toca ser debatido entre los Veintisiete. «Estamos en esto juntos y vamos a acompañar a Ucrania en este proceso con determinación, unidad y solidaridad», ha asegurado.
La conservadora alemana ha reiterado el mensaje de apoyo al pueblo ucraniano, del que ha dicho que forma parte de la familia europeo, y ha afirmado que ahora el foco debe estar en poner fin a la guerra, tras prometer que en todo caso, la UE reforzará los lazos ya existentes con Ucrania con medidas como conectar el país al sistema eléctrico europeo.
Al menos diez países de la UE se han expresado ya a favor de examinar el ingreso de Ucrania por la vía rápida. Si Kiev obtuviese el estatus de país candidato sería un gran apoyo político y le abriría las puertas a más instrumentos de financiación europea en pleno ataque de Rusia.
Los estados miembro que han apoyado la entrada ‘exprés’ son Bulgaria, Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia y República Checa, que lo pidieron en una misiva conjunta que posteriormente respaldaron Rumanía y Hungría.
EUROPA PRESS