“Mi servicio militar ya lo cumplí”, Raisa Banfield sobre sus aspiraciones políticas

Siempre alegre y espontánea. Foto: Edward Ortiz.

Y así como es ella, amante de la naturaleza, así pidió que se realizara su entrevista, bajo la sombra de muchos árboles en uno de los tantos espacios públicos que existen en Ciudad del Saber.

Raisa Banfield, arquitecta, ambientalista y parte de la sociedad civil organizada, nos habló sobre lo ingrato que puede llegar a ser ingresar al mundo político panameño, pero asegura que no se arrepiente de haberlo hecho.

Actualmente es la directora de la Fundación Panamá Sostenible, desde donde promueve la sostenibilidad en todo lo que hace.

¿A qué se está dedicando Raisa Banfield actualmente?

Soy arquitecta de profesión así que he retomado mi carrera en ‘pininos’ y volver al campo no es fácil, además soy presidenta ejecutiva de la fundación Panamá Sostenible a la que le estoy dedicando mayor tiempo para retomar los planes que se iban desarrollando antes de mi paso por la Alcaldía de Panamá.

Esto es un esfuerzo nuevo, ante circunstancias nuevas, pero que mantienen el mismo norte: promover alternativas sostenibles ante las malas prácticas. Y además, con un grupo de colegas que compartimos en el servicio público hemos conformado una firma para apoyar a los municipios en la promoción e implementación de planes de ordenamiento territorial que se llama Centro para la Integración de la Naturaleza y Ciudades. Estamos en conjunto con la escuela de arquitectura ISMUS promoviendo cursos y capacitaciones, no solo para funcionarios y profesionales, sino también para la ciudadanía para entender nuestro rol en el proceso de desarrollo de las ciudades, así que he estado ocupada y
promoviendo la sostenibilidad en todo lo que hago.

Cuénteme ¿Cómo fue su paso por la Alcaldía?

Mira, considero que nada en esta vida pasa por casualidad, todo tiene un sentido, todo es parte de esa formación humana que necesitamos y en este caso ciudadana, porque yo he sido muy beligerante en el exigir cuando mi invitan en el construir. Fue clave,
entender que gestionar lo público no es inflar botella y todas las trabas que el sistema tiene, toda la decadencia del sistema que no la salva ni el Capitán Planeta o el Papa Francisco, sino todo los panameños transformando los procesos. Para mí fue clave entender
que si hay cosas que se pueden hacer dentro del poder, pero el poder hay que ir adaptándolo y democratizándolo para lograr esos objetivos.

Fue un aprendizaje enorme de lo público, pero también fue una oportunidad para sembrar mi semilla en las muchas cosas que estaba demandando como lo fue el primer Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, trabajar en lo que fue en la primera Oficina de Gestión Ambiental de la Municipalidad, trabajar los temas de gestión de riesgo en temas de inundaciones con la cooperación internacional; son cosas que con el tiempo tal vez la gente no lo recuerde, pero yo estoy clara que fue una oportunidad de empoderar al municipio en la gestión integral del territorio y ahora fuera puedo con mayor propiedad exigir o demandar que se haga lo que se corresponde porque me tocó ser parte de esos proceso, antes me decían postúlate para ver si piensas lo mismo, ya me postulé, ya lo hice, entonces puedo exigir con propiedad.

¿Le afectó su paso por la Alcaldía en su carrera como parte de la sociedad civil?

Esta pregunta es muy interesante, mi hija me lo dijo, ella tenía 18 años cuando me iba a postular y me dijo “mami, pasar por la vida pública es como adquirir una mancha en un vestido que nunca se te quita”, y tenía toda la razón, sobre todo en un país como el nuestro
en el cual la política es sinónimo de malo y es por lo que vivimos, pasar por la política es de alguna manera enlodarse, ensuciarse, sin mencionar los que quedan subiendo y bajando escaleras en el Avesa.

Sin embargo, yo creo que en el momento de la vida en el que yo estaba requería ese sacrificio de mi parte ante la circunstancia y yo me siento muy orgullosa de poder aportar que los 365 días de cada uno de esos 5 años fueron desafiantes.

Uno no queda bien con todo el mundo, siempre hay alguien que exige más, que no ve lo que haces, que si no lo cacareas, que si te faltó comunicar, entonces es un trabajo muy mal pagado en cuanto a reconocimiento, pero muy satisfactorio si lo haces de cara, con
honestidad, con compromiso, poniendo el cuerpo, el alma y el corazón, es totalmente satisfactorio.

¿Está satisfecha con la labor que desarrolló como vice?

Si hoy en día me dicen por qué no dijiste, por qué no hiciste, porque no te amarras; yo tengo mi conciencia tranquilada porque ante cada una de las cosas que me reclaman que no dije o hice, hay algo que está documentado en la Internet que sí hice o dije, pero tal vez no fue noticia en su momento o no generaba tanta visibilidad como amarrarse a un árbol, pero en mi rol como ciudadana he podido aportar y en mi rol como ciudadana al servicio público también lo pude hacer, eso me da mucha tranquilidad más allá de lo que se digan, porque cuando tienes un perfil público siempre te van a criticar.

Hablando del árbol, esa es una foto que yo llamo histórica, la utilizan siempre para criticarla. ¿Eso le afecta?

Para mí eso nunca fue negativo, fue una acción tan espontánea que enmarco y me encanta que sea un referente, vengo de la Corte y ahí está el árbol al que me amarré y mira, valió la pena. Si no lo hubiera hecho, ese día tumban esos árboles.  Eso es lo que la gente reclama, que como vicealcaldesa no me amarré a los árboles, eso deja en evidencia la poca educación ciudadana que tenemos, que los ciudadanos no saben qué esperar de sus servidores públicos. Si tú tienes una autoridad que para ejercer su trabajo tiene que protestar y amarrarse a los árboles, tenemos un serio problema, yo sabía que mi trabajo en la Alcaldía era hacer lo que yo exigía, es más fácil protestar.

Que todavía lo saquen (la foto) y que eso sea lo único que me saquen, me siento por bien servida, porque muchas personas que pasan por el servicio público pasan por procesos de demandas. El nombre de mi familia permanece intocable, si me critican es porque no les gusta lo que digo o hago, pero no porque hice algo incorrecto o ilegal, eso me da mucha satisfacción y puedo seguir con mis planes de ciudadana en pro de lo ambiental y sostenibilidad sin que mi pasado político me lo impida.

Después de todo lo vivido ¿volvería a aspirar por un puesto político?

Yo siempre digo que mi servicio militar ya lo cumplí (risas), considero que cada ciudadano o ciudadana que esté involucrado políticamente, porque hacer gestión social, educación, ambiente es política pública, cada ciudadano o ciudadana que está involucrado en estos tema en la sociedad civil es súper valioso pasar en algún momento por el servicio público, porque aprende del otro lado de la cerca de lo que está exigiendo. También para aportar en la corrección, en lo que está mal, entonces yo siento que ya pase por allí, estoy agradecida con el señor Blandón cuando me invitó en su momento.

Yo hice mi parte, no me iba a quedar con el “si yo hubiese hecho”. Como ya cumplí mi ciclo, estoy lista para aportar desde el conocimiento de lo privado, social y público a esta nueva
etapa que tanto Panamá necesita.

Siempre alegre y espontánea en su diario vivir. Foto: Edward Ortiz

Participación panameña en la COP2021, ¿Qué se puede rescatar de esto?

Es casi escandaloso cuando se escucha la cantidad y no se conocen los resultados, particularmente cuando venimos de la Corte de demandar un decreto que atenta contra las áreas protegidas  y hay una serie de incongruencias, la participación en las Cumbre es indispensable en el manejo de lo técnico, lo que están involucrando en esta materia es necesario, pero hay que saber los resultados, no hay rendición de cuentas de qué se fue hacer, en qué nos comprometimos, plan estratégico a seguir; eso no lo sabemos y en función de esa inversión que hizo el Estado eso es lo más importante, así sea que fuera una persona o 100.

Me siento bien porque la mayoría de los negociadores eran jóvenes, y nuestra participación fue destacada, pero lo que me da vergüenza es que esa misma fuerza o beligerancia, esa misma línea de compromisos que le exigimos a los demás para tener acceso a esos
fondos verdes no los estamos exigiendo a todo el país, a ver si el presidente cuando regresó dijo “ahora voy a pedir a los ministros que el plan de trabajo se adecue a los compromisos” o si el ministerio de ambiente está liderando el proceso de recuperar los bosques que la minería nos está quitando, ellos deberían hacer, en el Gabinete, un contra peso para ese contrasentido que significa la minería.

¡Ahh!, pero somos carbono negativo, lo que más molesta, más allá de la cantidad de personas que fueron, es que no hay incongruencia en lo que se dijo, en lo que se comprometieron y en lo que está pasando en el territorio nacional.

Mencionaba el tema de minería, ¿Cómo va esa lucha?

El tema minero es muy grave y no estoy muy clara si la mayoría de los panameños están conscientes de las implicaciones irreversibles. Como hay tantos problemas y la gente tiene que lidiar con muchas cosas, entonces la minería queda como uno más, sin embargo, en el
tema minero las consecuencias son irreversibles.

Nosotros estamos promoviendo un Panamá como no hay dos, con una biodiversidad enorme, uno de los 26 puntos de biodiversidad más importantes del planeta y que al mismo tiempo conecta dos océanos, multicultural, pequeño, pero con una concentración de
naturaleza única. Ese mismo país pequeño, es el país que tiene una de las operaciones mineras más grande del mundo, donde tradicionalmente se realiza en desierto zona de poca agua, poca biodiversidad.

Entonces, este país rico en naturaleza es el país con una de las operaciones mineras que es una de las industrias más contaminantes por sus residuos, químicos y sobre todo porque al quedar la tierra expuesta ese metal que se encuentra en el subsuelo sigue drenando ácido sulfúrico para el resto de la vida y contamina el agua subterránea de los ríos, entonces hay un Panamá antes sin minería y habrá otro después. Será un país en el cual no podrás hacer pesca, turismo ecológico y otro montón de cosas que te ofrecen lugares como Costa Rica que tiene menos biodiversidad que Panamá, pero que ha apostado a lo seguro que es su riqueza natural.

¿Qué han hecho los gobiernos al respecto?

Vemos como gobierno tras gobierno, desde Pérez Balladares a la fecha, hay una falta de consulta a la ciudadanía, falta de evaluación técnica, falta de sopesar lo que perdernos versus lo que ganamos, pero esos análisis si lo hemos hecho desde el sector científico y técnico y el costo es muy alto, las ganancias simplemente no son tal, simplemente no se contabilizan las pérdidas y daños, por tanto las ganancias que se están negociando en estos momentos no son realmente eso.

Esas “ganancias” son parte del financiamiento que le estamos dando a la minería, es un tema preocupante que los panameños no lo hayan asumido, para hacer la presión, para que se erradique en este país. No hay contrato legalmente y es una pena, es como lo que significó el enclave colonial en su momento, lo que significó la unión a Colombia en su momento; es una forma de enclave en nuestro territorio que está saqueando nuestra verdadera riqueza, nos está dejando los problemas de la contaminación y no nos está llevando a puerto seguro.

Esta semana usted y un grupo de organismos ambientales presentaron una demanda en la Corte Suprema de Justicia en contra de la Ley 141.

El 27 de octubre sale en Gaceta el decreto 141 es un As bajo la manga que se saca el Ejecutivo de la noche a la mañana, previo a las fiestas patrias. Esto implica, que en teoría, aquellas personas que hayan estado en áreas protegidas, que tuviesen derechos posesorios
desde antes de la promulgación de áreas protegidas puedan tener una certificación de uso de suelo, pero que se convierte prácticamente en un título de propiedad porque lo puedes vender o traspasar.

Pero eso es en teoría, porque lo que estamos escuchando de los campesinos de Donoso, es que la Anati ha empezado estas titulaciones en el área minera dándole titulaciones a un montón de gente que los campesinos del área ni conocen.

Lo que vemos es una intención de titular y generar un traspaso de un bien público, a través de este mamotreto, para que un tercero lo adquiera y luego poder negociar esta tierra para otros fines. Lo que ahí se pretende hacer es una rebatiña de tierras. Los demandamos
por ilegal, porque viola 35 normas vigentes.

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