A pesar de que la situación económica y laboral de los panameños no ha mejorado tras la pandemia de la Covid-19 y aunque parezca paradójico, miles de personas han renunciado a sus puestos de trabajo entre enero y julio de este año.
De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), durante el período evaluado, 12 mil 26 trabajadores decidieron finalizar sus contratos laborales.
Las estadísticas oficiales no determinan si son renuncias o despidos.
En modo comparativo en 2020, -en medio de la paralización de las actividades que dejó a 284 mil personas con contratos suspendidos, el cierre de 20 mil empresas y más de 370 mil personas desempleadas-, se contabilizaron 14 mil 586 renuncias en todo el año.
Para Eduardo Gil, secretario general de Convergencia Sindical, muchas empresas están reactivando a los trabajadores con contratos suspendidos para luego despedirlos y en algunos casos contratarlos bajo la figura de servicios profesionales.
“Actualmente el 20% de los despidos son ilegales”, dijo.
“Hay trabajadores que han sido despedidos bajo procesos ilegales de terminación de contrato y son contratados como servicios profesionales. Bajo este esquema los trabajadores pierden su derecho sobre indemnización y la cotización en la Caja de Seguro Social, siendo este un mecanismo de evasión de las empresas”, manifestó.
“Nosotros [el movimiento sindical], advertimos al Gobierno de vigilar a esos sectores que aprovechan la pandemia para desmejorar las condiciones de los trabajadores”, aseguró.
El Mitradel aseguró que hasta ahora se ha reactivado el 64% de los contratos laborales que fueron suspendidos en medio de la crisis de la Covid-19, lo que quiere decir que de los 284 mil 209 contratos suspendidos, se han reactivado 181 mil 604.
Quedan todavía 102 mil contratos sin reactivar.
“Hay muchos contratos que se contabilizan como reactivados, pero en realidad fueron reactivados para luego dar una terminación laboral”, asegura el sindicalista.
Destaca que algunas empresas formales se están aprovechando de la pandemia para contratar el 40% de su mano de obra de manera ilegal o por servicios profesionales.
Advierte que este tipo de contrataciones, así como la brecha que existe entre la recuperación del capital frente a los salarios, podría generar una crisis permanente en el país y consecuencias graves para la reactivación de la economía.
Las estadísticas oficiales detallan que los hombres lideraron las estadísticas de las dimisiones hasta julio. Del total de las dimisiones, un 56% corresponde al género masculino, mientras que el restante 44% son renuncias presentadas por mujeres.