Politiquería en su máxima expresión

Los políticos sencillamente no piensan. Y no es porque no saben sino porque no quieren. No quieren entender la diferencia entre cuando se es candidato y prometen cosas para ganar simpatía, y cuando se llega al gobierno y decididamente hay que diseñar políticas de Estado para beneficio de toda una población. Tampoco quieren entender que cuando hacen promesas absurdas en campaña, además de crear falsas expectativas, lo que hacen es poner en peligro la seguridad jurídica, la institucionalidad y la credibilidad del país.

Sucede que de los siete candidatos presidenciales en las pasadas elecciones, solo uno mantuvo la cordura y se abstuvo de incluir en su plan de gobierno la eliminación de la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos (AUPSA), y al final resultó el menos votado. La obsesión por la AUPSA fue tal que incluso hubo un debate presidencial en tierras altas de Chiriquí para atender el clamor de unos cuantos productores que pedían su eliminación inmediata. Uno de esos candidatos, cuando fue ministro del MIDA en la administración Torrijos, renunció justamente porque no estaba de acuerdo con la creación de la AUPSA.

Coincidencias de la vida, aquel ministro es ahora el presidente de la República y durante su primer gabinete formalizó su promesa de campaña y señaló que presentaría a la Asamblea Nacional en 120 días un proyecto de ley para eliminar a la AUPSA. Desafortunadamente, la politiquería confunde y ciega a la gente, y equivocadamente ha hecho ver que es la AUPSA la responsable de las importaciones a destiempo y del abandono del sector agropecuario, cuando la verdad es que nunca esta institución ha autorizado las importaciones de arroz de Guyana, ni cebolla de Holanda y mucho menos papas de Estados Unidos. Esas fueron decisiones políticas tomadas desde la misma presidencia de la República, ejecutadas por funcionarios del IMA y avaladas por los ministros del MIDA y el MINSA, quienes sospechosamente mantuvieron un silencio cómplice.

Esas importaciones tampoco las realizaron empresas que operan normalmente o que pertenecen a gremios reconocidos en el país. Nuevamente, fueron allegados a la presidencia y funcionarios del IMA, escondidos detrás de empresas fantasmas, los que impulsaron las escandalosas importaciones que ahora inmerecidamente marchitan la imagen de la AUPSA.

Consideramos que si en vez de haber hecho promesas politiqueras durante la campaña, los candidatos hubieran estudiado los problemas fundamentales del agro y analizado las funciones de la AUPSA, se habría evitado la satanización de una institución que en realidad es eficiente, goza de credibilidad internacional, está administrada por personal calificado y se maneja bajo estrictos parámetros científicos y procedimientos técnicos. Quisieran otras instancias del gobierno parecerse a la AUPSA, especialmente el Departamento de Protección de Alimentos del MINSA o las Direcciones de Sanidad Vegetal y Animal del MIDA. Porque si hubieran hecho su trabajo desde un principio, con independencia y carácter técnico, alejados de la politiquería que abunda en esos ministerios, nunca hubiera habido necesidad de recurrir a crear una institución del perfil como la AUPSA.

De todo esto se desprende un trasfondo que nos lleva a preguntar dónde han estado los técnicos del vice ministerio de Comercio Exterior que, en efecto, representan la instancia valida y sustenta los compromisos adquiridos en los acuerdos comerciales y tratados internacionales. Una situación como la que ha trascendido en la Comisión de Asuntos Agropecuarios de la Asamblea Nacional donde se discute la eliminación de una institución importantísima como la AUPSA, merecía que funcionarios del MICI tuvieran presencia y una postura vertical, en apego a la ley, y dieran la cara en defensa de la institucionalidad y seguridad jurídica del país. Porque la forma en que todo esto se ha manejado, sin duda traerá reclamos de parte de nuestros socios comerciales.

Sorprende igualmente que ningún miembro del gabinete haya tenido el tino para aconsejar al presidente de la República y advertir sobre las graves consecuencias de cumplir esta promesa de campaña. Porque si de verdad la decisión fuera que no haya más importaciones a destiempo o durante la época de cosecha, entonces lo lógico sería apartar lo más lejos posible la politiquería del proceso de toma de decisiones de compras de rubros agrícolas sensitivos, pero nunca eliminar a la AUPSA.

De igual forma, si de verdad lo que quiere el presidente Cortizo es apoyar al agro y a los productores, entonces la decisión correcta sería dar más funciones a la AUPSA, como las del DEPA y hacer que una misma institución se encargue de forma integral de todos los aspectos concernientes a la producción, importación y exportación de alimentos. Esa sí sería una decisión fundamental que ayudaría tremendamente a mejorar la competitividad del sector y a la economía general del país. Pero nuevamente, como cayeron víctima de la politiquería, lo único que buscan ahora, sin importar las consecuencias, es eliminar una institución que es la joya de la corona. Craso error que el país terminará pagando muy caro.

El autor es empresario

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