España iría mejor si contara con sus mayores
En cualquier caso, iríamos bastante mejor si los grandes partidos fueran capaces de alcanzar acuerdos
Aunque duela a algunos agoreros, España no va tan mal como nos cuentan. Al contrario. Las revisiones de los pronósticos sobre crecimiento son al alza y mejoran los de países del entorno.
Pero reconocido esto, digamos que podríamos ir bastante mejor, si nos enfocáramos a reducir la desigualdad y si podáramos la burocracia excesiva que ahoga proyectos y la demanda de subvenciones o ayudas. Estamos entre los países que devuelven más fondos a Europa; no los consumimos porque el bosque jurídico español -estatal y autonómico- sumado al europeo, lo hacen intransitable. Se asegura que el ministro Escrivá se había propuesto desbrozar el camino, pero no le dio tiempo a finiquitarlo al ser llamado a presidir el Banco de España. Esperemos que el propósito perdure.
España no va tan mal, pero iríamos mejor si atendiéramos debidamente a los mayores. Un país que jubila anticipadamente la experiencia, en casi todos los sectores, desperdicia un potencial extraordinario. Tenemos una bolsa de conocimiento que no se aprovecha. La contradicción es clara: por un lado, se retrasa la edad de jubilación, pero por otra se aplica el edadismo y no se contrata a personas mayores, que quedan descartadas en la selección por su fecha de nacimiento. Eso ha sido reiteradamente denunciado en el VII Encuentro de Economía Senior organizado por CaixaBank.
Iríamos mejor con la prolongación de la edad de jubilación, pero facilitando la empleabilidad. Mejor para las personas, para la Seguridad Social y para la salud en general del país. Hay mucha soledad, demasiada ansiedad y depresiones detrás de esa realidad. Laura Rosillo, veterana interviniente, defendió con énfasis la empleabilidad de los mayores argumentando que “somos artículo de lujo. Por nuestra experiencia y por ganas de participar en el mundo laboral”.
«España no va tan mal, pero iríamos mejor si atendiéramos debidamente a los mayores. Un país que jubila anticipadamente la experiencia, en casi todos los sectores, desperdicia un potencial extraordinario.«
En el encuentro intervino la ministra Elma Sainz, de Inclusión, Seguridad Social e Inmigración. Tras defender el último acuerdo en pensiones con sindicatos y patronal como una forma de combatir el edadismo, declaró: “La solidaridad es el faro que guía nuestras políticas para combinar la incorporación de nuevo talento y no perder ese talento senior”.
Sobre la inclusión de jóvenes inmigrantes, recordó que un 60 por ciento de los menores no acompañados y jóvenes ex tutelados de 16 a 22 años, una vez formados y legalizados, trabajan y cotizan. Más del 13 por ciento de los ingresos de la SS es generado por trabajadores de otra nacionalidad. Estos datos desmontan argumentaciones que sitúan la emigración en su punto de mira. Sorprende que apenas se difundan y que la ministra no reciba preguntas en ese sentido en las sesiones parlamentarias de control de Gobierno, acaso en línea con la queja del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, al que nunca se le convoca. De seguir así, quizás habrá que deducir que aquellos ministerios que reciben menos interpelaciones son los que presentan resultados más brillantes de gestión.
En cualquier caso, iríamos bastante mejor si los grandes partidos fueran capaces de alcanzar acuerdos. La aprobación por unanimidad de la “Ley de la ELA” en el Congreso no debería ser un logro aislado. Veremos que nos depara el otoño, pero parece que la canción de que “esta legislatura se acaba” y que “Sánchez ya no puede aguantar más”, no puede ser el único himno que entone la oposición. Hay algún indicio de que el Presidente se apresta a remodelar el Gobierno y que tratará de agotar la legislatura, aún prorrogando Presupuestos. Si puede. Se admiten apuestas.