El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, instó esta tarde en la capital panameña a los jóvenes a confrontarse a sí mismos y ante el adoctrinamiento del sistema de anti valores que impera, sustentado en la búsqueda de una falsa felicidad, en mensaje en la misa inaugural de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá, a realizarse hasta el domingo con la presencia del Papa Francisco.
Frente a miles de jóvenes en la Cinta Costera de Ciudad de Panamá, desde donde se alcanza a ver los barcos en espera para ingresar al Canal de Panamá por el Pacífico, Ulloa aseguró que la felicidad a que se refiere es tan fugaz, que los lleva a experimentar desesperadamente con tantas cosas que dañan la mente y el espíritu y que al final no logran llenar el vacío existencial.
Aseguró que “el llamado -a que se refiere- sigue vigente, perenne, intenso, pleno de una ternura que solo sabe comunicar Cristo”.
El miembro de la iglesia católica reconoció que quizá como Iglesia no se ha podido transmitir este mensaje con la claridad suficiente a los jóvenes, “porque a veces los adultos pensamos que los jóvenes no quieren escuchar, que son sordos y están vacíos”
Admitió enseguida que, sin embargo, la realidad es otra, ya que a los jóvenes les hace falta orientación, acompañamiento, y pero sobre todo que los puedan escuchar”.
El miembro de la iglesia reconoció sin embargo que saben que los jóvenes no se dejan impresionar fácilmente, que no funcionan con frases hechas, discursos teatrales o slogans diseñados para afiebrar sus emociones.
“Sabemos que al igual que en los tiempos de Jesús, los jóvenes buscan testigos, referentes llenos de contenido y experiencia; con camino recorrido a pie, con kilometraje, y no un Dios aprendido e intelectualizado; ustedes buscan de quien les muestre con su vida a Dios, y no quien les hable de Él”, sostuvo.
En el mensaje de inicio del encuentro, para el que se espera la llegada mañana en la tarde del Papa, Ulloa destacó la importancia de Panamá como la primera diócesis en tierra firme en América, y desde donde se irradió el evangelio al resto del continente, siempre bajo el JMJamparo de la Virgen María, que destacó siempre ha acompañado.
Apuntó que no es extraño por lo indicado que en este encuentro con Jesucristo, sea María quien les ha animado y seguirá animando para la celebración de este histórico evento.
“Damos gracias a Dios, por ser la sede de la primera JMJ donde María -“la estrella de la evangelización”- ha sido propuesta a ustedes como modelo de valentía y coraje, que estuvo disponible para cumplir con el proyecto de Dios, para el que le había elegido y cuya respuesta es el lema de este JMJ: “He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra”, añadió.
El arzobispo de Panamá confió además, en medio de cantos, y de la alegría de los miles de jóvenes presentes, y entre los cuales se observaba una mezcla multicolor con las banderas de diversos países, en que esta JMJ sea un bálsamo ante la para la difícil situación con la que conviven sin esperanzas muchos de ellos, especialmente la juventud indígena y afrodescendiente.
La situación de la juventud que migra por la casi nula respuesta de sus países de origen, que los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndolos al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males sociales; estuvo también entre lo motivos de preocupación expresados, previo al concierto por la paz previsto para esta noche en la primera jornada de la JMJ.
En el mensaje, Ulloa destacó igualmente como un sueño el aprendizaje de la doctrina social de la iglesia, como un sueño del Papa Francisco, para que pueda ser asumido también por los jóvenes peregrinos, especialmente de Centroamérica, al entender que una manera de enfrentar las adversidades desde la fe, es conociendo el pensamiento social de la Iglesia, para hacer realidad la revolución del amor y de la justicia.
Recordó así mismo el mensaje en el cual el Papa insta a ser santos, pero no santos de tener figuras de estampitas, que compran por ahí, si no ir contra corriente.
“Ser santo nos hace salir de la corrupción espiritual y material, de todo aquello que nos causa mal y ofende a Dios”, manifestó durante la homilía.
