Cabeza fría y visión de futuro

La empresa Standard and Poor’s Global Ratings (S&P, por sus siglas en inglés) bajó recientemente nuestra calificación de crédito. Pasó de ‘BBB’ a ‘BBB-‘. ¿Qué significa esto? Significa que nuestras finanzas están apretadas y que debemos mejorar la administración del dinero del país. Aunque todavía estamos en un rango aceptable para atraer inversiones, las cosas no van bien.

Panamá no es ajeno a los retos. Por ejemplo, al pelear por recuperar el Canal, muchos dudaron de que pudiéramos manejarlo, pero lo hicimos. Hoy, después de 25 años en nuestras manos, es una de las mayores fuentes de ingresos para el país. Esa misma actitud es la que necesitamos ahora para enfrentar nuestros problemas económicos.

S&P observa con preocupación nuestro déficit fiscal. Esto significa que, durante el 2024, gastamos más de lo que ingresamos. La cifra representa un 6% del PIB, lo cual es equivalente a que una familia gaste 106 dólares mensuales en su tarjeta de crédito, pero solo pague 100.

La educación debe ser una prioridad, ya que no podemos avanzar sin preparar a las nuevas generaciones para los retos del futuro.

Para colmo, el cese abrupto de las actividades de Cobre Panamá en 2023 nos golpeó duro, dejando un hueco en las exportaciones y en la recaudación del gobierno. Además, el conflicto por este tema podría costarnos hasta un 20% del PIB en arbitrajes internacionales. Esto nos afectaría a todos, porque haría muy complicado financiar escuelas, hospitales y carreteras.

El país ya ha demostrado que sabe salir adelante, y este es otro de esos momentos en los que debemos actuar con cabeza fría y visión de futuro. Por un lado, necesitamos ser más responsables con los recursos que ya tenemos. Por el otro, es imprescindible mejorar la recaudación de impuestos. Para ello, debemos combatir la evasión fiscal y revisar las exenciones que no beneficien al país. Esto significa aumentar los ingresos sin cargar más a quienes ya cumplen.

También debemos gastar mejor. Si nos aseguramos de que los recursos se destinen a proyectos que realmente beneficien a la población, estaremos invirtiendo en el futuro del país. No debemos depender de los mismos sectores. Necesitamos diversificar la economía, apoyando, por ejemplo, a las pequeñas y medianas empresas turísticas, que son el motor de muchas comunidades del interior. Esto mejoraría la calidad de vida de todos y fortalecería nuestra economía.

La educación debe ser una prioridad, ya que no podemos avanzar sin preparar a las nuevas generaciones para los retos del futuro. Esto requiere escuelas bien equipadas, docentes altamente capacitados y programas que permitan a los trabajadores adaptarse a un mercado laboral en constante cambio. Imaginemos un Panamá donde todos los niños tengan acceso a una educación de calidad y los trabajadores puedan recibir atención médica en centros modernos.

El hecho de que S&P nos bajara la calificación hace unas semanas, es un llamado a la acción para que trabajemos juntos y tomemos decisiones valientes que nos permitan darle un giro positivo a nuestra situación.

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