Esta nueva terminología se está haciendo día a día más popular, la «sexalescencia». Palabra que, aunque suena exótica, recoge una realidad que muchos experimentan en este ciclo de vida.
En este siglo contamos con la facilidad de las redes sociales existentes, especialmente desde nuestros móviles y por ende acceso a varios artículos de diversos tópicos de interés, entre estos suena en Europa y América Latina el término, «La sexalescencia», que agrupa a los adultos de 55 o más años.
Describe hombres y mujeres que interactúan con las nuevas tecnologías, con una marcada línea de modernismo, con la motivación de disfrutar de la vida, aprender de todo, activos con su entorno, se atreven a crear nuevos círculos de amigos con gente nueva y emprendedores de sus vidas renunciando a la ubicación social como personas mayores o en sus años dorados.
Esta nueva terminología se está haciendo día a día más popular, la «sexalescencia». Palabra que, aunque suena exótica, recoge una realidad que muchos experimentan en este ciclo de vida. Sin ser asociada a la imagen tradicional de la vejez, la falta de actividad o la sensación de agotamiento físico, la sexalescencia hace referencia a nueva forma de vida, a disfrutar y, sobre todo, a desafiar los cánones impuestos por siglos, que históricamente les han rodeado a los que con orgullo han alcanzado esta etapa.
Esta es una generación que ha eliminado la palabra “sexagenario” de su diario vivir, puesto que no está en sus mentes o planes, la idea de envejecer.
Se trata de un nuevo grupo humano que hoy ronda los cincuentas, sesentas o setentas, que ha llevado una vida plena y productiva. Hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico de «alguien viejo» que se escuchó durante las décadas de antaño.
Lejos de las mustias oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron alguna actividad que realmente les gusta, les apasiona y enfocados en ella, hoy, se ganan la vida.
Es por esto que la sensación de plenitud inunda sus días, como también hay otros que a pesar de tener la edad de jubilación ni sueñan con jubilarse pues aman lo que hacen. Los que ya se han jubilado disfrutan al máximo cada uno de sus días sin temor a la rutina. Es una forma de disfrutar hasta el momento del ocio, luego de años de trabajo, guiar y educar a los hijos, noches sin dormir por alguna fiebre o algo que suceda en su hogar; vale mirar el futuro con anhelo de algo nuevo, algún nuevo reto a la vuelta de la esquina o por qué no, a través de su móvil.
Las féminas sexalescentes han sobrevivido gracias en parte a la herencia del feminismo de los 60´s, que les permitió el lujo de analizar quienes querían llegar a ser en realidad. Muchas determinadas a vivir solas, otras seleccionaron carreras de tendencia masculina, tomando la rienda de sus vidas decidieron estudiar una carrera universitaria simultáneamente con a sus hijos, otras fueron arquitectas, abogadas, se reinventaron una imagen fuerte.
Suplementos hormonales para potenciarse en todas las actividades.
Determinados a que el paso del tiempo no sea un impedimento, los de “cincuenta, sesenta o setenta”, manejan sus ordenadores con toda naturalidad. Se inscriben en citas «on line» para encontrar su media naranja o porque no, sólo un romance de temporada. Apoyados por las nuevas tecnologías médicas en suplementos hormonales (DHEA, no tomarlas sin antes consultar con sus médicos) llevan una vida sexual activa, con más energía que nunca así también una vida social ciber activa.
¿Para que envidiar la apariencia de los jóvenes?, ya lo fueron y si bien es cierto existen en las redes actores, actrices, deportistas o celebridades de sus mismas edades que se ven ESPECTACULARES, ¡esto es más motivante que nunca! …Los nuevos sexalescentes no se ven al espejo con envidia si no con algo de nostalgia que al mirar atrás solo obtienen de su reflejo una sonrisa pícara del recuerdo que les viene a la mente.
Hoy los de 50, 60 o 70, mundialmente sin clasificación de edad, que se sienten en su plenitud física e intelectual, están desarrollando nuevos conceptos o tal vez aprendiendo un idioma, inventando sus caminos, osados con sus propias vidas mas no dejándose anclar por sus seres queridos.
¡Vamos, ya no son niños!