Tarea pendiente

La deficiente cultura de atención al público en las instancias gubernamentales y en el sector privado es un problema que afecta la calidad de vida de los ciudadanos y el desarrollo mismo del país.

En el ámbito gubernamental, es fundamental recordar que los funcionarios son servidores del público,  quienes, con sus impuestos, financian sus salarios. Esta relación debe ser vista como un compromiso hacia la comunidad, donde la atención al ciudadano debe ser prioritaria. Sin embargo, la realidad es que muchos funcionarios parecen olvidar esta responsabilidad, brindando un servicio que a menudo es indiferente, además de irrespetuoso y poco eficiente.

En el sector privado, la situación no es muy diferente. Los empleados de empresas deben entender que su sueldo proviene del dinero de los clientes que eligen consumir sus productos o servicios. Un servicio deficiente no solo aleja a los consumidores, sino que también afecta la reputación y sostenibilidad de los negocios. Por lo tanto, es urgente implementar programas de capacitación que eduquen a funcionarios y trabajadores sobre la importancia de ofrecer una atención de calidad, basada en la eficiencia y el respeto. Transformar esta cultura de atención es esencial para construir una sociedad más justa y un entorno empresarial más próspero.

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