Las personas que fuman y vapean tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón que las personas que solo fuman, según un nuevo estudio realizado por el Centro Oncológico Integral de la Universidad Estatal de Ohio-Hospital Oncológico Arthur G. James y el Instituto de Investigación Richard J. Solove (OSUCCC-James) y la Facultad de Salud Pública (Estados Unidos).
Para este estudio, cuyos resultados han sido publicados en ‘Journal of Oncology Research and Therapy’, los investigadores han analizado el consumo de cigarrillos y de cigarrillos electrónicos (también conocidos como vapeo) en 4.975 personas con cáncer de pulmón en comparación con un grupo de control de 27.294 personas sin cáncer.
Los investigadores han descubierto también que vapear combinado con fumar cigarrillos era ocho veces más común en personas con cáncer de pulmón en comparación con el grupo de control de personas sin cáncer de pulmón.
«Nuestros hallazgos proporcionan la primera evidencia de que fumar en combinación con vapear aumenta significativamente el riesgo de cáncer de pulmón en comparación con fumar solo. La mayoría de las personas saben que el humo del tabaco contiene sustancias químicas que provocan cáncer, pero, en general, hay menos conocimiento sobre las sustancias químicas que se inhalan a través de los vapores del vapeo», ha señalado el autor correspondiente del estudio y profesor de epidemiología en la Facultad de Salud Pública, Randall Harris.
Los investigadores han recordado que el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con 1,8 millones de muertes solo en 2020. Según la Sociedad Torácica Estadounidense, alrededor del 87 por ciento de estos cánceres pueden estar directamente relacionados con el tabaquismo persistente.
Por ello, este estudio ha puesto de relieve la importancia de considerar estos riesgos adicionales para la salud en la regulación de la industria de productos de tabaco para proteger aún más la salud pública, en particular cuando se trata de saborizantes inhalados y concentraciones de dosis de nicotina.
«Esto es especialmente preocupante dada la tasa de jóvenes y adultos jóvenes que usan estos productos», ha apuntado la autora principal del estudio, Marisa Bittoni, quien ha añadido que «es urgentemente necesario realizar más investigaciones sobre los efectos de los productos alternativos al tabaco en la salud para que la ciencia respalde la regulación de la industria tabacalera».