Este domingo 28 de julio, Venezuela realizará la elección más importante de su historia, en todos los términos y en todos los sentidos. Luego de numerosas negociaciones, acusaciones cruzadas entre gobierno y oposición, los venezolanos tendrán que decidir entre continuar con Nicolas Maduro como mandatario o dar un paso importante hacia una nueva administración gubernamental.
Aunque hay 10 candidatos a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, solo dos de ellos: el actual mandatario Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González, aparecen como los principales aspirantes.
Maduro, quien gobierna Venezuela desde la muerte de Hugo Chávez en 2013, ha sorteado algunas elecciones previas, pero ha llegado al 2024 a tener la peor crisis institucional, social y económica de la historia venezolana, que además ha producido una estampida de ciudadanos de ese país hacia distintas partes del mundo. Los venezolanos forman el 80% de las personas que llegar a Panamá como migrantes irregulares a través de la selva del Darién.
Tal situación se une a un evidente desasociego, principalmente de quienes han sido víctimas de los «movimientos legales» de gente afecta a Maduro, cerrando sitios de reunión en los que la oposición, encabezada por María Corina Cano, ha intentando reunirse.
Ante esto, y que Cano fuera del ruedo, aparece Edmundo González Urrutia, un diplomático de carrera de 74 años de edad, única opción para la oposición venezolana, luego que la candidatura de María Corina Cano fuera inhabilitada y a la de Corina Yoris le fuese impedida su inscripción.
González Urrutia no es precisamente un político, aunque conoce del asunto, nunca ha competido en una elección popular; sin embargo, ha conseguido en tiempo récord la aceptación de quienes ya no quieren más a Maduro en el poder. Sus reiteradas promesas de cambio estructural, de apertura a las inversiones y principalmente, de democratización, son las cartas que lleva en busca del triunfo este domingo.
Una victoria de la oposición marcaría un punto de inflexión en el estatus político de Venezuela, no obstante, como lo ha señalado el artista panameño Rubén Blades, «va a resultar difícil que una dictadura como la de Maduro reconozca el triunfo electoral de un rival».
Por otra parte, en cualquiera de los dos escenarios, una victoria para Maduro y para González Urrutia será determinante en relación con el éxodo de venezolanos hacia otros países. Por ello, Panamá observa con detenimiento y preocupación los acontecimientos.