Un intercambio cargado de ataques personales y promesas de campaña domina el encuentro en Atlanta
El primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump para las elecciones de 2024 en Estados Unidos se llevó a cabo en un ambiente de alta tensión, marcado por fuertes acusaciones mutuas y promesas de campaña. El encuentro, celebrado en Atlanta y organizado por CNN en colaboración con el Instituto de Tecnología de Georgia, se desarrolló sin público presente, pero con una enorme expectación mediática.
Inmigración y economía: temas centrales del debate
Trump atacó repetidamente a Biden en temas de inmigración y economía. El expresidente afirmó, sin evidencia, que los migrantes que llegan ilegalmente al país se alojan en «hoteles de lujo» mientras los veteranos están en la calle. También reiteró afirmaciones infundadas sobre inmigrantes provenientes de «instituciones mentales» y «manicomios», asociándolos con un aumento en la delincuencia.
Por su parte, Biden defendió su gestión económica, aunque pareció tener dificultades para articular claramente sus argumentos. El presidente actual luchó contra problemas de voz y pareció dubitativo en varios momentos, lo que podría alimentar las preocupaciones sobre su edad y capacidad para gobernar.
Acusaciones cruzadas y ataques personales
El debate estuvo plagado de ataques personales. Biden llamó a Trump «idiota y perdedor», mientras que Trump sugirió que Biden podría enfrentar cargos criminales si él regresa a la Casa Blanca. El presidente actual acusó a Trump de tener «la moral de un gato callejero», haciendo referencia a supuestos escándalos personales del expresidente.
Trump, por su parte, negó haber tenido relaciones con una estrella de cine para adultos y contraatacó mencionando la reciente condena por delito grave del hijo de Biden, Hunter.
Política exterior y seguridad nacional
En cuanto a política exterior, Trump criticó duramente la retirada de tropas de Afganistán bajo la administración Biden, calificándola como la situación más «vergonzosa de la historia» para las tropas estadounidenses. También argumentó que la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el ataque de Hamás a Israel no habrían ocurrido durante su presidencia debido al respeto que, según él, le tenían otros líderes mundiales.
Biden, por su lado, defendió su gestión en política exterior y presentó un plan para resolver el conflicto entre Israel y Hamás, que incluye un alto al fuego y el retorno de los rehenes retenidos en Gaza.
El asalto al Capitolio: un tema controvertido
Cuando se le preguntó sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, Trump negó tener responsabilidad en los eventos de ese día. Insistió en la afirmación falsa de que se trató de una «protesta pacífica» de patriotas. Biden, en contraste, destacó los riesgos para la democracia que representan las acciones de Trump y sus seguidores.
Estilo y desempeño de los candidatos
Trump se mostró más contenido en sus formas que en debates anteriores, respetando los turnos de palabra y evitando interrupciones. Esta estrategia pareció beneficiarle en términos de percepción, aunque sus argumentos siguieron incluyendo numerosas afirmaciones falsas o sin fundamento.
Biden, por otro lado, pareció luchar contra problemas de voz y articulación. Su desempeño fue menos enérgico de lo esperado, lo que podría alimentar las preocupaciones sobre su edad y capacidad para un segundo mandato.
El debate generó una enorme atención mediática, con alrededor de 1,000 periodistas de más de 170 países acreditados para cubrirlo. CNN, como organizadora, apostó fuerte por este evento, buscando recuperar audiencia y prestigio en un momento de declive para la televisión por cable tradicional.
Aunque el debate se emitió en exclusiva por CNN, la señal fue compartida con otras grandes cadenas de televisión, lo que podría resultar en que algunas de ellas superen en audiencia a la propia CNN.
Conclusión
Este primer debate presidencial para las elecciones de 2024 ha dejado claro que la campaña será intensa y polarizada. Ambos candidatos se descalificaron mutuamente como incapaces para ocupar la Casa Blanca, reflejando la profunda división que existe en la política estadounidense actual.
El desempeño de Biden, marcado por momentos de duda y problemas de voz, podría avivar el debate sobre su edad y capacidad para un segundo mandato. Trump, por su parte, logró mantenerse más contenido en las formas, aunque siguió recurriendo a afirmaciones sin fundamento y ataques personales.
Con las elecciones programadas para el 5 de noviembre de 2024, este debate marca el inicio de una campaña que promete ser una de las más intensas y controvertidas en la historia reciente de Estados Unidos. La capacidad de los candidatos para conectar con los votantes moderados y abordar las preocupaciones reales de los estadounidenses será crucial en los meses venideros.