´Vivimos entre verdades y mentiras´

Miguel Jaramillo Luján, experto en comunicación política. | Foto: Cortesía

El experto en comunicación política, Miguel Jaramillo Luján, manifiesta su preocupación por el poder que conlleva el desafío de la desinformación, donde noticias falsas pueden propagarse rápidamente, lo que afecta la percepción pública.

En un mundo cada vez más interconectado y complejo, la figura del estratega en el ámbito del gobierno y el liderazgo público se vuelve esencial.

Miguel Jaramillo Luján es un destacado profesional con una amplia trayectoria en estrategia, comunicación, publicidad y marketing.

Uno de los temas y tendencias que ha destacado el experto, son las redes sociales, la cuales han revolucionado el panorama político y social, al facilitar la rápida difusión de información y permitir una conexión directa entre políticos y ciudadanos.

Esta transformación ha eliminado intermediarios tradicionales y redefinido la relación política, estableciendo un diálogo sin precedentes que fortalece la participación ciudadana. Además, estas plataformas permiten a los votantes acceder fácilmente a información sobre candidatos y partidos, promoviendo la transparencia en el proceso político.

Sin embargo, Jaramillo Luján, de nacionalidad colombiana, manifiesta su preocupación al indicar que este poder también conlleva el desafío de la desinformación, donde noticias falsas pueden propagarse rápidamente, afectando la percepción pública. Es por eso que afirma que “vivimos entre verdades y mentiras”.

Otra herramienta que de acuerdo con el experto está transformando el campo político, es la Inteligencia Artificial (IA) mediante el análisis de grandes volúmenes de datos para mejorar la toma de decisiones. Utilizando algoritmos, la IA puede identificar patrones complejos y predecir comportamientos electorales, lo que permite a los líderes políticos tomar decisiones más acertadas, afirma.

Además, la IA puede facilitar una mayor participación ciudadana al proporcionar mecanismos accesibles para interactuar con los políticos.

Con una experiencia de más de 25 años, que abarca desde la formulación de políticas públicas hasta la creación de campañas de comunicación efectivas, Jaramillo Luján, ha sido un referente en la implementación de estrategias que no solo buscan resultados inmediatos, sino que también promueven el bienestar social y la participación ciudadana.

A Jaramillo Luján desde niño le ha inquietado mucho buscar o entender la política y la comunicación política.

A lo largo de esta entrevista, con el también periodista, analista y bloguero en medios de comunicación de América Latina, exploraremos su perspectiva sobre los desafíos actuales en el liderazgo público, la importancia de la comunicación efectiva en la política y cómo las estrategias de marketing pueden transformar la manera en que los gobiernos interactúan con sus ciudadanos. Además, nos adentraremos en su visión sobre el futuro del liderazgo y la comunicación en un entorno global que cambia rápidamente.

Jaramillo Luján estuvo en Panamá invitado por la Asociación de Parlamentarias y Exparlamentarias de la República de Panamá (APARLEXPA) donde realizó una presentación sobre liderazgo y estrategias electorales y dirigió un taller interactivo sobre marca política, el cual es un tema muy vigente, que no se refiere solamente cuidar la marca de los partidos y la marca de los candidatos, sino también cuidar la marca de los territorios y de las campañas políticas.

¿Cómo ve la participación de la mujer actualmente en la política? Digamos, en Panamá, en Colombia, en los países de América Latina…

Creo que para responder esa pregunta hay que remontarse un poco a la historia reciente de América Latina frente a la mujer y frente a los derechos electorales de la mujer. Creo que un país pionero en el mundo en este tema, fue Turquía, que en la época de los años ’20 en el siglo pasado, permitió la participación femenina, el voto femenino. De ahí en adelante varios países de América y Europa han abierto esos derechos electorales de la mujer en culturas que en el pasado eran tradicionalmente patriarcales, machistas, que no daban espacio a la mujer en cuanto a la equidad de género, pues, lamentablemente, eso ralentizó mucho el acceso de todos los derechos de la mujer a la formación académica, a la comprensión cultural, y política.

 Pareciese que en aquel entonces las mujeres estaban reservadas únicamente para estar en labores de casa, para criar a los hijos, para estar en la Iglesia o para ciertos temas menores.

Yo no soy enemigo recalcitrante de los hombres, tampoco estoy de acuerdo con los feminismos excesivos, pero sí creo que en buena hora ha llegado la participación femenina y se ha acrecentado, pero es natural que hoy al porte del 2025, es totalmente natural y razonable que se presente una evolución cultural por parte de la participación femenina en la política.

La inteligencia artificial llegó para revoluciar al mundo, expesa el comuniador.

Actualmente, en la Asamblea panameña, por ejemplo, hay solamente un 16.7% de participación femenina. En las asambleas y congresos de América Latina apenas hay una participación de un 25% en los países que la tienen más alta. En promedio es un 23,22%, lo cual es un porcentaje alentador, pero no suficiente.

Es alentador, porque ha ido in crescendo. Va de la mano con la condición de mujeres cada vez mejor formadas, más empoderadas, cada vez más apropiándose del escenario, pero, sobre todo, no solo de mujeres que quieren cambiar el mundo, que eso no basta en política, en política no solo se trata de tener buenas ideas, de querer cambiar el mundo, de tener formación, sino de saber jugar el juego de la política, de hacer equipo, de plantear estrategias, de entender cómo se gana una campaña, de conseguir recursos para financiarla, de manejar bien su propia marca, de actuar con mucha frialdad, de actuar con sororidad con las mujeres… Entonces, creo que estamos frente a unos escenarios donde hay organizaciones como APARLEXPA, como la ISAE y otras agrupaciones panameñas y latinoamericanas que están estimulando mucho la consecución de mayor formación y mejores niveles de las mujeres hacia la política.  

¿Cuáles son las nuevas tendencias políticas en América Latina?

En el 2024 tuvimos comicios en más de la mitad del planeta tierra, pero, particularmente, en América Latina, hubo cuatro elecciones que esta vez fueron fuertes. Una de ellas fue la de México, la otra Estados Unidos, y tenemos el caso panameño y el de República Dominicana. Este año, esos países han tenido elecciones generando, desde mi óptica, tres grandes mega-tendencias:

Primero, el uso de la inteligencia artificial, algo totalmente revolucionario que está cambiando la forma, no solamente de manejar las bases de datos, sino que también está permitiendo la automatización de muchas labores de contacto con los ciudadanos, la automatización y construcción de programas de gobierno, la generación de inteligencia artificial generativa que produce imágenes, fotografías, representaciones, mapas, con temas y límites inimaginables, para bien y para mal.

El tema post-pandémico dejó un gran efecto negativo en la salud mental, lo que hace que estemos frente a poblaciones cada vez más susceptibles.

Aparecen también las noticias falsas, los montajes, los audios falsos, un montón de peligros que representan las “fake news”. Se trata de un escenario donde vivimos entre verdades y mentiras.

Segundo, creo que hoy hay un llamado más fuerte al fortalecimiento de la marca individual de los candidatos; no basta con ser muy bueno, con tener una gran hoja de vida, con tener un gran partido, sino que hoy los candidatos tienen que preocuparse por dejar huellas en los ciudadanos; y, para lograrlo, tienen que estar claros en cómo manejan sus redes sociales, cuál es su narrativa, cuál es su causa, qué es lo que representan, cómo interactúan, responden, no responden, cómo conversan… a partir de ese desarrollo de experiencia de la marca, obviamente ahí también se genera un voto de opinión, que sumado a la votación de máquina y estructura, le da más probabilidad a un político por hacerse elegir.

La tercera tendencia que veo, tiene que ver con el tema post-pandémico que nos dejó un gran efecto negativo en la salud mental, lo que hace que estemos frente a poblaciones cada vez más susceptibles y más sensibles a la confrontación, a la mentira, a la falsedad, que buscan muchas más respuestas en medio de un entorno lleno de falacias y situaciones adversas; por ende, creo que hoy los ciudadanos están demandando una hiperventilación comunicacional tremenda, porque antes un político se podía ocultar y aparecer solo en tarima, hoy, debido a la existencia de las redes sociales, los celulares, y los ecosistemas digitales, es muy difícil poder ocultarse y poder no darle respuesta al ciudadano en todos los canales. Es un tema que se convierte en un arma de doble filo para cualquier político y una gran herramienta democrática para el ciudadano bien informado.

Precisamente le iba a preguntar sobre la influencia de las redes sociales en la nueva forma de hacer política…

Creo que hace mucho rato están influyendo. Desde 2006, 2007 con Barack Obama y la aparición del Facebook, el ciudadano empezó a recibir información.  Las redes sociales no son canales de información, eso es falso. La radio, la televisión, un podcast, son otra cosa, porque realmente las redes sociales son medios de interacción y construcción de una comunidad de carne y hueso.

 Hoy, una red como Facebook tiene un 74% de robots; Twitter o X, apenas cobija el 4% de la opinión panameña, por ejemplo; e Instagram, a pesar de que tiene un alcance grande, está muy robotizada y con algoritmos. Los algoritmos favorecen una endogamia del conocimiento. Se construyen en base a disensos: tú piensas en rojo, yo pienso en verde, y entre los dos construimos un color y llegamos a un punto medio.

Conversando con un senador español hace pocos días, él me decía que el populismo pone en riesgo la democracia. ¿Qué tendría usted que decir a eso?

El populismo pone en riesgo la democracia, sí. Cuando hablamos de factores populistas que son narrativas que buscan la complacencia colectiva de la mayoría, a partir de temas que no son informativamente objetivos, sino que son elementos propagandísticos que procuran robarse el alma de las audiencias de todos los consumidores, yo creería que sí, el populismo hace parte.

El populismo siempre ha existido, lo que pasa es que hay ciertos políticos que son más proclives, digamos, a decir lo que quiere la tribuna. También es indudable que el político se debe a su propia votación, a su propia comunidad. Tiene que actuar en coherencia y consistencia con eso, ese es uno de los grandes retos. Pero, otro de los grandes retos que es súper importante es que cuando se tenga el poder político, esa persona también debe gastarse su capital político haciendo apuestas de largo plazo. Eso es lo que muchos políticos no hacen, pues les encanta congraciarse con los ciudadanos a partir de lo que la gente quiere escuchar: más salarios, sí, más comida, sí, más ayuda, sí, menos impuestos, sí… pero, ¿de esa forma se pueden sacar adelante los problemas de una sociedad? Si una sociedad necesita una mega-carretera o necesita un mega-colegio, eso implica gastarse el capital político, el buen político tiene que gastarse ese capital para hacer realidad esas obras.

¿Cuáles son las estrategias más efectivas que ha utilizado como asesor, en el trabajo que hace? Ha dirigido campañas, tengo entendido. Entonces, ¿cuáles son las estrategias más utilizadas para lograr ese objetivo?

Opino que la metodología tradicional hoy se divide en tres componentes: aire, tierra y digital. Lo de aire es todo lo que tiene que ver con medios masivos, comunicación de masas, todo lo que es la diseminación de información.

La comunicación de tierra es todo lo que es entrar en contacto con las comunidades, ir al territorio urbano y rural, contactar al ciudadano, invitarlo a eventos, persuadirlo, sentarlo, verlo cara a cara.

En redes sociales están empleando la inteligencia artificial para divulgar informaciones falsas. | Foto: IA

Y la estrategia digital se utiliza en ciencias de datos, inteligencia artificial, mensajería de texto, redes sociales, ecosistema, y un montón de herramientas digitales que también ayudan a entrar en contacto con el ciudadano.

 Nosotros trabajamos más o menos bajo esos componentes, partiendo de un principio básico, y es que lo que yo diga es irrelevante si la ciencia no lo dice. Para mí, lo que la ciencia dice es relevante, y lo que yo diga es una opinión. Me gusta mucho basarme en ciencia, por eso trabajo en mis campañas con un tema de pareto electoral: a qué sectores llegar, a qué sectores no llegar, saber cómo se invierten los recursos de acuerdo con la preferencia en un sector o no, y eso nos ha ayudado bastante.

Hace un rato usted habló de la “línea de la izquierda”. Refiérase a ese punto que me interesó mucho. ¿Cómo es la línea de la izquierda ahora mismo en el mundo entero?

Yo creo que de todas maneras hay un país hegemónico en ese sentido que es China. Hay varios países en África, en Asia, en Europa, que tienen regímenes de izquierda; creo que hoy, fundamentalmente, Rusia y China son las potencias hegemónicas que tienen ese tipo de regímenes, a esos se suman otras más de Europa, Asia, África y América Latina. Siento que, digamos, hay unos espectros hegemónicos del poder que hoy marcan una fuerte tensión entre Estados Unidos  y China, principalmente, y que tiene ciertos escenarios de tensión como Ucrania y lo que está pasando en el Medio Oriente.

 En términos generales la llamada izquierda tiene demasiados matices, está interconectada a partir de una respuesta ideológica de cuartar muchas veces las libertades de los ciudadanos, de generar gobiernos a veces populistas, dictatoriales en muchos casos, pero también hay muchos casos de izquierda que digamos han respetado la democracia, las leyes, la independencia de los organismos de poder, a los ciudadanos.

 Creo que Chile, por ejemplo, es una democracia que respeta las leyes, a pesar de tener un régimen de izquierda; la de Uruguay que acaban de elegir al nuevo presidente, es un gobierno con un matiz izquierda que también respeta. Igual sucede en Brasil e Inglaterra: son regímenes de izquierda que son respetuosos.

Aprovecho para preguntarte sobre el tema Venezuela. Desde su óptica, ¿qué pasará en ese país?

Yo creo que, lamentablemente, todas las condiciones están dadas para que el régimen de Nicolás Maduro se perpetúe. Pienso que a pesar de que María Corina Machado y Edmundo González tienen las tarjetas que corroboran su triunfo electoral, que a pesar de que muchos países del mundo han reconocido su triunfo electoral, salvo que haya un gran respaldo del mundo, es muy difícil que Nicolás Maduro ceda el poder.

El generalato venezolano, lamentablemente, está muy diseminado, eso impide que haya un golpe de estado, que haya una sublevación, que sería lo único bajo la autodeterminación que le permitiría a los venezolanos salir del difícil momento. A eso hay que sumarle algo, y es que ya son 25 años desde que llegó Hugo Chávez al poder, por lo que los jóvenes se convirtieron en adultos en medio de esa generación.

Hay venezolanos y venezolanas, niños, jóvenes y ya casi adultos que han vivido en esa realidad, una realidad donde hay, lamentablemente, la incidencia de un Estado que es absolutamente subsidiario, populista, que ha sido complaciente con criminales, narcotraficantes, y que no respeta la democracia, y, muchas veces, cuando se crece bajo esas circunstancias, la persona se acostumbra y ve eso como algo normal, como algo totalmente factible.

Comparte esta Noticia