Las olas de calor extremo que estamos experimentando son un recordatorio brutal de la urgencia de abordar el cambio climático
El mundo se enfrenta a una crisis climática sin precedentes. Olas de calor extremo están azotando ciudades en tres continentes, marcando el inicio de un verano que podría superar al del año pasado, considerado el más cálido en dos milenios. Esta catástrofe climática está cobrando vidas, desatando incendios forestales, interrumpiendo infraestructuras y amenazando cultivos agrícolas en todo el globo.
- El verano más caluroso en 2000 años: Los últimos 12 meses se han situado como los más cálidos jamás registrados en comparaciones interanuales. La Organización Meteorológica Mundial advierte que hay un 86% de probabilidades de que uno de los próximos cinco años supere a 2023 y se convierta en el más cálido de la historia. El cambio climático está provocando picos de temperatura más extremos, haciendo que las olas de calor sean más comunes, intensas y duraderas.
- Asia: peregrinaciones peligrosas y noches tórridas: En Arabia Saudita, la peregrinación del «hach» a La Meca se ha cobrado más de mil vidas debido a temperaturas que superaron los 51°C. En la India, Nueva Delhi registró su noche más cálida en al menos 55 años, con una temperatura de 35,2°C a la 1 de la madrugada. El país ha experimentado más de 40.000 casos sospechosos de insolación y al menos 110 muertes confirmadas entre marzo y junio.
- Europa: turismo mortal y ciudades sofocantes: Los países mediterráneos han soportado otra semana de temperaturas abrasadoras. En Grecia, varios turistas han fallecido durante excursiones bajo calor extremo. La antigua Acrópolis tuvo que cerrar sus puertas a los visitantes. En Serbia y Montenegro, las autoridades sanitarias declararon alerta roja, con temperaturas cercanas a los 40°C. Chipre emitió su primera alerta roja de la temporada, alcanzando los 45°C en algunas zonas.
- América: domos de calor y desastres naturales: En Estados Unidos, más de 86 millones de personas se encontraban bajo alerta de calor. Arizona espera temperaturas de hasta 45,5°C, y solo en el condado de Maricopa se han confirmado más de 500 muertes relacionadas con el calor. En México, al menos 125 personas han fallecido a causa del calor este año. La región también ha sufrido incendios forestales e inundaciones, evidenciando la volatilidad climática.
- Las causas del cambio climático y sus efectos en la salud: Los científicos atribuyen estas temperaturas extremas a las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la quema de combustibles fósiles. El calor no solo causa muertes directas, sino que también agrava diversas condiciones médicas. Según la Organización Meteorológica Mundial, el calor extremo causó unas 489.000 muertes anuales entre 2000 y 2019, convirtiéndolo en el más letal de todos los fenómenos meteorológicos extremos.
- Un futuro incierto: previsiones y desafíos: Las previsiones para el resto del verano son preocupantes. El Servicio Europeo de Cambio Climático anticipa que las temperaturas en julio, agosto y septiembre serán probablemente superiores a la media en toda Europa. Los expertos advierten que, sin una transición urgente lejos de los combustibles fósiles, estas olas de calor mortales se intensificarán en el futuro.
La crisis climática actual no es solo un problema ambiental, sino una amenaza directa para la salud y la vida humana. Las olas de calor extremo que estamos experimentando son un recordatorio brutal de la urgencia de abordar el cambio climático. Mientras los gobiernos y las organizaciones internacionales debaten soluciones, millones de personas en todo el mundo sufren las consecuencias inmediatas y potencialmente mortales de un planeta cada vez más caliente. La acción climática ya no es una opción, sino una necesidad imperiosa para salvaguardar nuestro futuro colectivo.
El cambio climático multiplica por 35 el riesgo de olas de calor mortales en América
Un nuevo estudio de World Weather Attribution ha arrojado luz sobre la creciente amenaza de las olas de calor en Norte y Centroamérica. La investigación revela que el cambio climático ha aumentado dramáticamente la probabilidad de estos eventos extremos, planteando serios desafíos para la región.
Científicos de México, Panamá, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos y Suecia han colaborado en esta investigación, centrándose en las temperaturas «peligrosas» registradas desde marzo en una amplia zona que incluye el suroeste de EE.UU., México, Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras.
El estudio encontró que el periodo de cinco días con temperaturas máximas más altas en mayo y junio se ha vuelto 1,4°C más cálido y 35 veces más probable debido al cambio climático. Más alarmante aún, el periodo de cinco noches con temperaturas mínimas más altas se ha vuelto 1,6°C más cálido y alrededor de 200 veces más probable.
Los investigadores advierten que estas tendencias se volverán muy habituales si el calentamiento global alcanza los 2°C. La situación se ve agravada por las condiciones de sequía existentes, que dificultan la dispersión de contaminantes y afectan el suministro de agua y electricidad.
Los científicos proponen varias medidas para hacer frente a esta crisis, incluyendo sistemas de aviso de calor extremo, leyes de protección para trabajadores al aire libre, estrategias de fortalecimiento de la red eléctrica y de conservación de agua, así como una mejor planificación urbana con más espacios verdes.
Este estudio subraya la urgente necesidad de abordar el cambio climático y desarrollar estrategias de adaptación. Sin acciones decisivas, las olas de calor mortales se convertirán en una amenaza cada vez más frecuente para millones de personas en América del Norte y Central.