Las fuertes precipitaciones e inundaciones sin precedentes que han anegado casi la totalidad del estado brasileño de Río Grande del Sur han dejado ya 151 muertos y más de cien desaparecidos, cuando se cumplen diez días desde la caída del temporal.
Defensa Civil ha informado de que al menos 800 personas han resultado heridas, de un total de 2,2 millones que se han visto afectadas de alguna forma por unas lluvias que han azotado 458 de los 497 municipios de Río Grande del Sur.
Actualmente, unas 77.200 personas han tenido que se reubicadas en albergues y refugios, aunque hay más de 538.000 que han tenido que dejar sus hogares.
Por primera desde el inicio de la semana, esta jueves el nivel del agua en la capital del estado, Porto Alegre, se ha situado por debajo de los cinco metros. Miles de personas han tenido que dejar sus casas después de que ríos y embalses se vieran desbordados por las lluvias.
Las principales vías de acceso a la capital, así como el aeropuerto quedaron inutilizados por las inundaciones. Se espera que a lo largo de la semana comiencen a descender lentamente unos niveles que no se recordaban desde 1941.
A medida que va descendiendo el agua en algunas zonas de la capital, comienza a hacerse más evidente los estragos causados en barrios como Menino Deus, Cidade Baixa y el centro histórico de la ciudad. Hasta la semana pasada los servicios de limpieza han recogido unas 365 toneladas de basura.
Se trata del «mayor desafío de la historia» del Departamento Municipal de Limpieza, según ha dicho su director general, Carlos Hundertmarker, según recoge el portal de noticias G1. «Es un trabajo que no conseguimos todavía calibrar cuántos miles de toneladas de residuos vamos a retirar», ha dicho.